Usualmente, el cuarto de lavado o lavadero es un lugar que suele estar oculto para las visitas, por lo que lo descuidamos y no le damos demasiada atención a la hora de la decoración.
En la mayoría de los casos, este espacio se termina convirtiendo en una especie de trastero, donde acumulamos objetos inservibles o muebles viejos.
Siguiendo unas pocas sugerencias, podremos lograr renovar y decorar el lavadero para otorgarle personalidad y orden, sin mucho esfuerzo.
En primer lugar, es aconsejable pintar este ambiente con colores claros o blanco, ya que, por lo general, no suele ser un sitio espacioso ni abierto. De este modo, lograremos crear una sensación de amplitud, frescura, luminosidad y limpieza, muy agradable a la vista. Además, los colores claros permitirán que los electrodomésticos que se alojen allí se integren al conjunto.
Otra alternativa muy original es agregarle un poco de color a este cuarto; podemos recurrir a empapelar ciertos sectores o a pintar una sola pared de una tonalidad pastel, como el verde. En este último caso, lograremos crear un ambiente fresco y natural que nos evoque al jardín, mientras que el color contrastará con la lavadora y demás aparatos, disminuyendo así la sensación de opresión causada por las labores domésticas y, a su vez, crearemos un clima de descanso.
En cuanto al almacenamiento en este cuarto, es muy útil que coloquemos estanterías, armarios o alacenas para guardar y organizar eficazmente todos los productos y elementos que utilicemos. Además, podemos usar cestas, canastos, cajas organizadoras y hasta frascos para guardar lo que necesitemos y, al mismo tiempo, darle a nuestro cuarto de lavado un toque decorativo que será muy atractivo visualmente.
Aunque sea una obviedad, no debemos olvidar tener un gran cesto para colocar la ropa sucia en nuestro lavadero. Si gozamos de mucho espacio, es aconsejable poseer más de un cesto, ya que así podremos separar la ropa por colores, tamaños o tipos de tejidos, y facilitarnos la tarea de separar la ropa en el momento de lavar.
Por último, es imprescindible otorgarle a este ambiente nuestro toque personal, para hacerlo más acogedor y darnos la posibilidad de encontrarnos más a gusto realizando allí las tareas domésticas. Podemos colgar cuadros o fotos de nuestros hijos, para romper con la frialdad del cuarto y otorgarle alegría; también colocar cortinas con algún diseño extravagante o, simplemente, de algún color llamativo.
Otra alternativa es ubicar plantas y flores en algún rincón, ya que lograrán quebrar con la frialdad de los electrodomésticos, regularán el microclima y las radiaciones de la lavadora. Las plantas harán de nuestro cuarto de lavandería un espacio fresco y vivo.