Aunque el cuero natural no es la mejor elección (es anti-ecológico, además de caro, y ha sido reemplazado por el cuero ecológico, casi por completo), quizás tengas algún sillón o silla tapizado en este material.
El cuero es especialmente delicado porque, con el tiempo y el uso, tiende a secarse y resquebrajarse. Para prevenir que esto suceda, debemos evitar que le dé el sol en forma directa, limpiarlo diariamente con un paño húmedo, y dos veces por año aplicar productos específicos para humectar el cuero. También hay productos para reparar raspones o quiebres. La cera o cualquier derivado del petróleo están contraindicados en la limpieza del cuero natural.
Si tenemos objetos en tela de tapicería, podremos lavar en lavadora, siempre que la tela tenga fibras sintéticas. Para evitar que una mancha deje marca en la tela, debemos limpiarla de inmediato. Primero, absorberemos el líquido con papel de cocina, sin refregar. Luego, lavaremos sólo la zona de la mancha con jabón neutro y absorberemos el jabón con otro papel o paño húmedos. Si la mancha persiste, podemos usar una solución de agua con alcohol o vinagre (si la mancha es de licor o vino), o agua con amoníaco (si es mancha de café o té). Finalmente, secamos con secador.
Si el tapizado se mancha con aceite, lo mejor será usar un quitamanchas en seco, de esos que se venden en las tiendas. Primero ponemos el producto en un paño (nunca directamente sobre la mancha), y frotamos suavemente en forma circular.
Es importante limpiar de inmediato y no esperar a que el tejido absorba el líquido, ni se seque, porque será más difícil remover la mancha.