Hoy te traemos una idea fenomenal para recuperar los pisos de madera dañados, transformándolos en elementos altamente decorativos de cada habitación. Es una tarea sencilla, novedosa, y muy económica de tener un hogar personalizado, en sólo una tarde de trabajo.
Los pisos de madera aportan calidez de hogar a cualquier habitación. Sin embargo, suelen ser pisos que requieren de cierto mantenimiento para preservarlo. Además de utilizar maderas impregnadas y tratadas para resistir la humedad y el tránsito, se debe aplicar capas de barniz o laca para crear una superficie que facilite su mantenimiento y limpieza, y también que lo preserve de roturas potenciales por raspones.
Sin embargo, en algunos casos sucede que el piso se encuentra en un estado tal que su reparación requiere de un alto gasto. Los tablones pueden sufrir de grietas y marcas profundas, que requieren para su reparación de rellenos. Estos rellenos, también, requieren del lavado del piso (es decir, de la eliminación del barniz o la laca), su posterior relleno con masillas especiales, y el nuevo tratamiento de protección.
Pero esta idea simplifica un paso y, al mismo tiempo, logra decorar el piso de una manera magistral: se trata de, en lugar de ocultar cada grieta, hacerla visible a modo de punto decorativo.
En pisos con hendiduras, grietas y rayones, comienza por limpiarlo. Con una lija fina y las herramientas que consideres adecuadas, lija por dentro de cada hendidura para eliminar el resto de laca o de barniz, creando una superficie con buen mordiente.
A continuación, vamos a rellenar las grietas de un modo particular: con masillas coloreadas según la temática o la paleta de colores predominante en la habitación.
Hay diversas técnicas en las que puedes lograrlo. La más económica consiste en colocar masilla para maderas (o harina de madera con cola de carpintero sin brillo, no plástica) con unas gotas de colorante o de pintura. También puedes utilizar pastinas para cerámicos, o rellenadores para madera teñidos con colorantes especialmente formulados.
Una vez logrado el tono de la masilla, con las grietas ya limpias, utiliza una espátula de goma para colocarla. Simplemente rellena cada grieta con la masilla, en estado más bien fluido, para que se amolde a su forma. Luego, raspa suavemente con la espátula de goma en paralelo al piso, por sobre la grieta, de modo de dejar la masilla pareja, prolija y al nivel del piso. Finaliza la tarea limpiando la zona circundante con paños embebidos en agua tibia. Haz esto con cada grieta, individualmente, para que la masilla no se seque anticipadamente, manchando el piso.
Luego, deja secar la masilla por el tiempo necesario. Pasado el tiempo, corrobora el buen estado de cada superficie rellena, colocando más pastina si fuese necesario, debido a la deshidratación de la masilla que podría crear leves depresiones.
Cuando hayas finalizado la labor, aplica aceite de linaza para proteger y nutrir la madera, y luego una a dos capaz de barniz o laca adecuada para preservar el buen estado del piso.
Con esta técnica lograrás un piso altamente decorativo, evitando el gasto y el trabajo que requiere el reemplazo de las tablas del piso de madera, de una manera magistral y llamativa, aportando tu personalidad a cada ambiente y en una mentalidad conservacionista, economizadora… y muy original.