Muchas veces decoramos el hogar con los muebles que traemos por herencia o regalo familiar, pero también, con el tiempo, vamos complementando nuestra decoración con aquellas piezas que nos cautivan de modo innegable, y queremos llevarlas con nosotros para compartir el hogar.
También hay otras piezas de mobiliario que adquirimos debido a que su precio así nos lo sugiere, aprovechando ofertas de todo tipo, y a veces sin pensar en la decoración. Por ello, veamos algunas sugerencias útiles para tener en mente a la hora de elegir los muebles que sean de necesidad, de utilidad y complementarios para cada estancia del hogar.
Ante todo, debemos pensar en la funcionalidad de la pieza de mobiliario. Una vez que tengamos los muebles necesarios para un cómodo uso de cada estancia, y si el espacio y el presupuesto así lo permiten y aceptan, podemos complementar con muebles decorativos con menos funcionalidad, o nula.
Debemos recordar que los muebles son los que, en definitiva, dan vida a la habitación. Por ejemplo, en el cuarto necesitamos descansar y dar guarda a nuestra ropa, como mínimo. Por ello, debemos pensar en una cama que cumpla nuestras necesidades, y también en un guardarropas. También podemos buscar, por ejemplo, una cama con cajonera, que permita la guarda de objetos, calzados y demás. También en las demás habitaciones debemos tener en mente este precepto: el mueble debe cumplir su función, y luego algunas otras complementarias como ideal, dentro de un estilo decorativo adecuado.
La composición de la familia dictará mucho a la hora de elegir muebles. No será el mismo sofá el que necesitemos para una casa donde habitan tres personas, que uno donde habitan seis o siete. También nuestra vida social será un factor a tener en mente: si solemos tener cenas multitudinarias, una mesa que siente a seis personas no será conveniente. Podemos, entonces, adquirir una mesa desplegable, que albergue cuatro a seis espacios, pero que cuente con el complemento para extenderse y recibir a doce asientos.
El tamaño de los muebles debe ser funcional a la habitación. Antes de adquirir una pieza, mídela, regresa a casa, y plantea en el piso la superficie que ocuparía, marcándola con cinta o con papeles de periódico. Asegúrate de que el mueble, en uso y desplegado a su máximo tamaño, aún permita la circulación y la comodidad del lugar.
Al adquirir muebles, puedes buscarlos en un estilo deseado desde su compra. Sin embargo, siempre debes recordar que si el mueble cumpliría bien la función deseada pero su estilo no es justamente el apropiado, siempre puedes darle tu toque personal. Puedes cambiar tapizados, barnices y colores, estampados o detalles (como tiradores y demás) para hacer que esa pieza funcional se adapte a tu decoración.
Ya cubiertas las funciones indispensables para cada habitación, puedes pensar en muebles complementarios. Por ejemplo: mesas de arrime, sillas o asientos extra, muebles de guarda de objetos (como baúles, bibliotecas, cajones y demás) y otras piezas pueden ser adquiridos, pensando en una función útil en momentos determinados. Luego, y sólo entonces, puedes adquirir otros muebles que cumplan una función meramente decorativa, si tienes el espacio y el presupuesto para ello.