Una forma de traer al interior de la casa elementos naturales que no ocupan un espacio excesivo y no necesitan condiciones climáticas especiales, son los terrarios decorativos, los cuales se pueden crear de las formas más diversas.
Para hacer un terrario decorativo necesitas dos elementos, uno de ellos es un recipiente de vidrio bonito, y el otro son los materiales naturales que debes recolectar en el jardín, en un parque o en un bosque. Puede ser tierra, piedras, musgo, pequeñas flores silvestres o plantas y otros elementos decorativos naturales.
Si vas a recolectar plantas o flores para tu terrario, ten en cuenta que deben ser lo suficientemente pequeñas como para que entren en el frasco de vidrio. También es importante que sean especies de clima cálido que prosperen bien en el ambiente húmedo del terrario. Algunas especies de plantas ideales para terrarios son el helecho, el croto, el ficus rastrero, la hiedra rastrera, el criptantus o el hipoestes.
Los diseños son muy variados, puedes optar por hacer una base de musgo y tierra y plantar especies de plantas o colocarlas por separado, cada cual en una macetita pequeña. Esto es conveniente cuando tienes varias especies y cada una necesita cuidados especiales.
Materiales:
Un envase de vidrio
Piedras
Tierra
Musgo
Plantas o flores pequeñas
Elementos decorativos naturales
Procedimiento:
Coloca dentro del frasco de vidrio algunas piedras y esparce encima tierra abonada. Si vas a colocar plantas pequeñas, lo mejor es recolectar con las plantas la tierra que crece en el lugar. Luego, pon el musgo y los demás elementos naturales dispuestos de la forma que más te guste. Ten en cuenta que el conjunto debe ser bonito a la vista y por ello debes ser creativo para colocar cada uno de los componentes de tu terrario.
Una vez que hayas compuesto el conjunto de materiales naturales, riega tu terrario, colócale la tapa y ponlo al lado de una ventana.
Un terrario no necesita de mucho mantenimiento. Simplemente debes colocarlo en un sitio luminoso pero que no reciba directamente los rayos del sol.
Abre cada día la tapa del terrario, riégalo y déjalo abierto durante un rato. El interior debe estar húmedo siempre, por ello el mejor sistema consiste en tener a mano una botella con spray llena de agua y, cada vez que sea necesario, mojar la tierra de las plantas.