Los muebles antiguos tienen un toque especial en lo que respecta a decoración. Aportan a cualquier espacio un sabor de historia, de vida, un regalo a nuestra vista. Por eso, hoy aprenderemos a tener nuestros muebles antiguos, pero partiendo de un mueble nuevo, ensamblado y de muy bajo costo.
Elige el mueble que mejor te convenga a tus necesidades funcionales y de decoración. Puede ser el gabinete del baño, una cómoda para la habitación, un modular para la sala o el comedor. Parte de un mueble que tengas ahora mismo, o uno que encuentres en una barata o en el mercado de pulgas.Para envejecer el mueble, primero debemos prepararlo. Ensámblalo o vacíalo de su contenido, completamente. Quita también puertas y cajones para trabajar las piezas móviles individualmente y, así, dejar un aspecto más uniforme e integral.
Si el mueble tuviese sectores algo dañados, no te preocupes en repararlos, sino que vas a usarlos como parte de esta decoración añosa que quieres dar a las piezas. Eso sí: hablamos de pequeñas astillas o golpes en la superficie, pero si tuviese piezas o partes faltantes, signos de carcoma o podredumbre, o vidrios y piezas rotas, deberás reemplazarlos para que el mueble tenga una buena funcionalidad.
Una vez preparado el mueble y reparados o reemplazados sus sectores muy dañados, debes limpiarlo en profundidad. Con hisopos, limpia bien los recovecos y rincones, y elimina todo rastro de suciedad, grasas o manchas. Luego, le darás el aspecto deseado, a partir de diversas técnicas.
Una consiste en lijar la madera hasta dejarla en crudo, lo que se conoce como “madera lavada”. Sobre esta madera puedes dar pequeños golpes, incluso crear manchas adrede, y finalizar aplicando dos a tres capas protectoras de un barniz mate adecuado, protegiendo al mueble y a su aspecto antiguo. Los golpes son una técnica muy habitual para envejecer muebles, y consisten simplemente en golpear la madera con cadenas o mazos aquí y allá, para dejarles la depresión o la marca del golpe, simbolizando el ficticio paso del tiempo y buen uso.
La técnica de decapado es esencial para el envejecimiento de muebles. Pinta de un color de base y luego, usando una vela común, frota algunos sectores para que luego queden a la vista, siempre frotando la parafina sobre la pintura de base bien seca. Luego, pinta la segunda capa y deja secar, usando pinturas acrílicas o látex. Cuando haya secado, pasa sobre la pintura un cepillo medio metálico o sintético, y verás que los sectores con parafina se desprenderán fácilmente, evidenciando la pintura de base y creando un aspecto único.
Finaliza siempre con barniz de tono mate, opaco, para resaltar aún más la vista de añejo sin quitarle al mueble restaurado su protección.