A la pared construida con ladrillos y que no se le ha agregado ningún tipo de mortero para cubrirla, se la denomina pared de ladrillo visto, y es considerada una variante del revestimiento de muros. Es absolutamente válida tanto en interiores como exteriores, y es una solución de gran belleza en la decoración moderna.
En una habitación con muro de ladrillo a la vista queda agradable la combinación con otros tipos de materiales, como el revestimiento combinado del ladrillo visto y el yeso, o el estuco de acabado liso, con el que se consigue también una interacción de notable impacto visual.
Para aquellas paredes de ladrillo a la vista que están manchadas por el roce de muebles, en primera instancia es recomendable proceder a un raspado con cepillo de alambre en toda la pared, y luego a un aspirado fuerte para quitar cualquier resto de polvillo.
Si no se ha conseguido dejar el muro en las condiciones deseadas, lo más práctico es proceder a pintar toda la pared aplicando primero una mano de imprimación, para que el ladrillo mantenga sus propiedades porosas, y luego proceder a la aplicación de dos manos de pintura.
Existen en el mercado diferentes tipos de barnices transparentes al agua, creados a base de silicona, que no crean una capa o película que selle al ladrillo, permitiéndole de esta forma que se airee o respire. Al mismo tiempo, estos materiales impiden el acceso de humedades que puedan proceder desde el exterior.
Para pintar una pared de ladrillo con este tipo de pinturas, se utiliza una brocha gorda de cerdas suaves, aplicándola en movimientos irregulares para que la pintura absorba bien. Es aconsejable aplicar dos capas de pintura luego de la imprimación para colorear totalmente la pared de ladrillo visto.