Para renovar un ambiente, no necesitamos cambiar completamente la decoración. Muchas veces un único detalle puede hacer lucir todo el conjunto completamente diferente.
Pintar las paredes no es el único modo de “cambiarles la cara”. Podemos optar por algún tipo de revestimiento, como el empapelado, el revestimiento vertical o boiserie, revestimiento textil, o baldosas para paredes, por ejemplo. Por supuesto que hay muchísimas más opciones, pero nos limitamos a aquellas que podríamos colocar nosotros mismos.
Para decidir cuál es el mejor revestimiento, debemos tener en cuenta algunos factores: en primer lugar, cuál es el ambiente a revestir: no es lo mismo la cocina, que el cuarto de baño o la habitación de un bebé. En segundo lugar, cuál es el aspecto que queremos dar al ambiente: ¿formal o informal?, ¿clásico o moderno?, ¿tradicional u original? En tercer lugar, es importante el estado de las paredes: si los muros están en muy mal estado, y no queremos tomarnos demasiado trabajo en la reparación, una solución simple son los revestimientos en madera o baldosa, que no requieren bases perfectas. Si optamos por el empapelado, entonces, sí, deberemos primero repararlas.
Los revestimientos nos dan una posibilidad interesante: podemos colocarlos sólo en una parte de la pared, o crear “efectos” como bandas, o incluso combinar dos tipos de materiales.
El más habitual (aunque no siempre más económico) es el revestimiento en papel de vinilo. Los revestimientos de vinilo actuales se realizan en PVC y, en muchos casos, hasta podemos conseguir algunos llamados “ecológicos”, que producen menos residuos durante la colocación. Como dijimos, la pared debe estar en perfectas condiciones, ya que el empapelado tiende a acentuar las imperfecciones. Si nos decidimos por un diseño con motivos grandes, es conveniente hacer un “composé” con otro papel liso, en el tono base del estampado. Recuerda que los colores fuertes y los estampados con grandes dibujos achican los ambientes. Además, si pasamos muchas horas del día en ese ambiente, un diseño con colores estridentes o grandes flores, por ejemplo, puede resultar, finalmente, perturbador. La gran ventaja de este revestimiento es, sin duda, su fácil limpieza y durabilidad.
Una opción muy elegante, moderna y decorativa, para renovar un ambiente son los paneles de madera o fibras naturales como la rafia, bambú o ratán (con o sin color). Estos materiales suelen dar calidez al ambiente, aunque los últimos requieren algo de atención y limpieza frecuente. También podemos recurrir a las fibras sintéticas, de similar aspecto a la vista, pero menor mantenimiento. Los nuevos revestimientos en madera vienen listos para colocar y podemos hacerlo sin dificultad.
Si nos decidimos por el revestimiento textil, debemos tener en cuenta que exige gran mantenimiento en cuanto a la limpieza, aunque las telas específicas para paredes ya vienen con tratamientos anti-manchas, anti-hongos y hasta los hay ignífugos.
Podemos comprar las telas por metro o por pieza, dependiendo de la superficie a cubrir. Con respecto al estampado y colores, rigen las mismas reglas que para el papel de vinilo.
Pronto te contaremos cómo colocar cada uno de los revestimientos que te hemos mencionado, para que puedas hacerlo tú mismo.