Renovar un ambiente no significa necesariamente el cambio definitivo en la decoración. Bien puedes hacer pequeños y simples pasos para que tus ambientes se vean como nuevos, con un aspecto diferente… y sin gastar un centavo.
El primer paso para renovar los ambientes es ordenarlos. Guarda todo en su lugar, sin dejar que absolutamente nada (ni útiles, ni prendas de vestir, ni nada) quede fuera de su ubicación. Puedes aprovechar para deshacerte de lo que ya no usas ni necesitas, colocándolo en cajas para donar, regalar o vender.
También puedes aprovechar para guardar la ropa fuera de estación en bolsas de cierre hermético, para maximizar el espacio en tu guardarropas y protegerlas durante los meses en los que estén sin utilidad.
Luego, ya con el ambiente absolutamente ordenado, haz una limpieza en profundidad. Limpia los objetos decorativos, los muebles, aspira alfombras, tapizados y cortinas, ventila los espacios, lustra las maderas y lava los pisos. La limpieza no es como la de todos los días: esta es una limpieza profunda que incluirá debajo y detrás de cada elemento, y un aspirado de desinfección.
Llega el momento de definir un nuevo diseño para la habitación o la sala que estás renovando. Por ejemplo, si tienes un living-comedor, aprovecha para cambiarlos de sitio uno por otro; coloca el sofá de tres cuerpos en otra dirección, y reacomoda las sillas o los sillones de un cuerpo. Cambia las estanterías, moviéndolas hacia otra pared; cambia la orientación de la cama, y aprovecha el espacio en un nuevo diseño de contenidos.
Ya con el ambiente limpio, ordenado y rediseñado, complementa con la decoración general. Cambia los adornos de una estantería por los de otra; cambia las cortinas de habitación o de una ventana a la otra; cambia de lugar los cuadros y retratos en función de la nueva ubicación de los muebles, y acomoda alfombras intercambiándolas.
Finalmente, da el último paso en determinar la nueva iluminación del espacio. Acomoda las luces, renueva los apliques y coloca luces de diversas intensidades (siempre de bajo consumo, claro) según la nueva ubicación de muebles y decoraciones.
Para cambios rápidos y efectivos, coloca lámparas de escritorio, de pie y direccionales que resalten los elementos decorativos más grandes e importantes. Aprovecha para dar calidez a los ambientes con lamparillas de menor intensidad, de luz amarilla (blanca cálida) en diversas fuentes en cada habitación, para hacer un uso más dinámico de las mismas.
En sólo cinco pasos y sin gastar un centavo, tus habitaciones y estancias se verán por completo nuevas. ¡Vale la pena intentarlo!