El marco de un cuadro es una prolongación de la obra. Debe estar en un todo de acuerdo con el estilo de la misma, y hasta con sus colores, para no desentonar o resultar demasiado llamativo. El marco correcto debe resaltar los colores y espíritu de la obra, y debe responder a la técnica utilizada. Es decir, responder al contexto.
Las obras de arte moderno, siempre que no estén pensadas para colgar sin marco, pueden muy bien enmarcarse con estilo minimalista. Varillas angostas, que pasen casi inadvertidas a la vista, incluso en colores metalizados. Por lo general, las obras de arte moderno no llevan marco y se cuelgan sobre bastidor. Si lo que tenemos es la madera pintada, deberemos fabricar un bastidor de varillas, y sujetar la madera sobre éste.
Tampoco llevan cristal, a menos que se trate de acuarelas o aguadas. En el caso de óleo o acrílico, no se utilizan vidrio.
Los marcos de madera pueden dar un toque especial a nuestros cuadros o fotos, dependiendo del tratamiento que le hagamos a la base. Una madera antigua puede resultar muy atractiva si la lijamos bien y dejamos las vetas a la vista, especialmente si las varillas son anchas. Bastará con aplicar una capa de barniz protector.
Incluso pueden no ser totalmente perfectas, sino irregulares, lo que agregará un efecto especial. Para este tipo de marcos, lo ideal es conseguir maderas recicladas en buenas condiciones, y cortarlas a la medida que necesitemos.
Los marcos de madera en mal estado se pueden restaurar fácilmente con pintura. Podemos, incluso, dar efectos, como pátinas, veteado, dorar o platear por sectores. Las posibilidades son muchísimas. Si quieres patinar un marco, pero no sabes cómo hacerlo, en cualquier librería artística puedes comprar las pátinas ya listas, que vienen con instrucciones para la tarea.
También podemos hacer aplicaciones para dar relieve. Para ello podemos usar masilla epoxi, que seca rápidamente y permite cualquier tipo de acabado.
Lo que debemos tener en cuenta es que un marco muy llamativo desviará la atención de la obra, por lo que no es aconsejable para cuadros o fotos importantes, ni de gran tamaño. Aunque sí puede ser una buena idea para una decoración original, si el marco en sí mismo se transforma en obra y sólo “enmarca” un espacio vacío.
Los marcos hechos por nosotros mismos pueden resultar una buena solución cuando no conseguimos el que se adecue a la obra que queremos enmarcar. En esos casos, y aunque impere el gusto personal, es bueno hacer una investigación acerca del estilo que mejor se adapta a la obra que tenemos.
Esta es una opción que muchos artistas utilizan, para asegurar la cohesión entre ambos elementos.
