Los muebles de cocina tienen que cumplir con dos condiciones básicas: tener buen diseño y ser prácticos. De nada nos sirve un mueble muy bonito, de gran diseño, si luego no es cómodo a la hora de usarlo, el espacio es insuficiente, o los interiores están mal diseñados.
La elección de la madera para un mueble de cocina depende, en gran parte, del costo de la misma. Una de las más económica es el pino, mientras que el roble y el arce tienen un precio medio. Maderas como el cerezo y el nogal ya tienen un costo bastante más alto, y las exóticas como el ébano y la caoba son las más caras de todas.
El precio no sólo se relaciona con la cantidad disponible de determinada madera, además de su traslado o si es una planta nativa de otra región, sino también con la cantidad de imperfecciones que tiene: cuantas menos imperfecciones, mayor el precio. De hecho, dentro de una misma madera como el pino encontraremos distintos precios, dependiendo de la variedad y la calidad. Y hasta podemos encontrarnos con que un mueble de pino es más caro que otro, en una madera teóricamente superior, por estar hecho en pino de excelente calidad.
Por otro lado, también debemos tener en cuenta la dureza y durabilidad de la madera. Si compramos muebles de MDF, por ejemplo, no soportarán el uso habitual y durarán menos que otros de distintos materiales.
Las maderas duras son ideales para las alacenas de cocina, y siempre deberíamos optar por muebles fabricados con maderas como arce, caoba, cerezo, cedro o nogal, de larga vida útil.
Por supuesto, también debemos tener en cuenta nuestras costumbres y gustos, y el estilo de nuestra cocina. Hay maderas que tienen un aspecto más “liviano”, como el roble, el cedro, el haya o el castaño. Otras que tienen una presencia más importante y notoria, como el arce o el cerezo.
Si bien los muebles de cocina estándar tienen una ventaja irresistible, como es su precio, los muebles a medida están hechos especialmente para nuestra casa y necesidades, y no encontraremos problemas a la hora de colocarlos en su lugar.
Si tenemos una cocina con una forma atípica, por ejemplo, o espacios complicados, deberíamos pensar en los muebles a medida. También hay muebles listos para armar, que tienen como ventaja que no se dañarán en el traslado, como puede suceder con los que son estándar armados. Si tenemos cierta habilidad, podemos armarlos nosotros mismos, aunque siempre es mejor contar con la ayuda de un profesional.
Podemos usar distintos tipos de madera en nuestros muebles de cocina, combinándolos para obtener algún diseño o, simplemente para reducir el costo. Por ejemplo, se puede pensar en una estructura principal de alguna madera económica, con detalles o terminación más caras y especiales.
Si pensamos pintar nuestros muebles de cocina de madera, entonces lo lógico es elegir una más económica, ya que el sentido de comprar los más caros es para que se luzcan por si mismos