En lo que respecta a la decoración del hogar, los cuadros son esenciales. Ningún hogar, oficina o ambiente está realmente decorado si sus paredes están desnudas. Por ello, tomamos clavos, martillos y nos ponemos en acción para colocar todo tipo de elementos que recubran nuestras paredes, desde pinturas famosas hasta láminas, desde maderas hasta fotografías enmarcadas: todo se vale aquí, y el único límite es nuestro gusto y creatividad.
Pero, dentro de este empeño, hay algunos trucos que nos pueden ayudar a lucir mejor nuestros cuadros de pared. Luces, ubicaciones y otras consideraciones no han de escapar a tus empeños decorativos, y aquí incluimos láminas, pósters, afiches, pinturas, creaciones propias y todo lo que quieras poner en los muros.
Ya sea una fotografía, un dibujo o cualquier cuadro, lo ideal es lucirlo en un enmarcado acorde a su estilo. El marco no sólo puede resaltar el contenido, sino que también lo separa, lo individualiza de la pared. Esto es de vital importancia cuando tienes varias fotografías, por ejemplo.
Los marcos se pueden combinar entre sí, o ser totalmente contrapuestos en una decoración ecléctica. Pueden ser de madera, de colores, creados con elementos alternativos (cartón, corchos, pastas secas u otros), o más modernos como chapas imantadas, o dos trozos de vidrio que sostienen al centro la imagen a preservar. Recuerda que el marco, además de una función estética, cumple la importante función de proteger las imágenes del polvillo, la humedad, el roce y todo tipo de agresiones.
Un solo cuadro en la pared que busque capturar toda la atención, se ubica a partir de 1,30 mts de altura a partir del piso, en el sitio que se denomina “altura de la mirada”. Es decir: si te paras de frente a la pared, mirando recto, allí debería quedar el centro o el clavo de donde colgara el cuadro.
Aquí otros tips importantes para lucir mejor los cuadros en una pared: