Crear nuestro propio estilo va más allá de la simple colocación de objetos decorativos. Es todo un emprendimiento que podemos lograr eficazmente, sin descuidar la estética y la funcionalidad de cada ambiente y elemento, y siguiendo algunas pautas sencillas.
Para crear nuestro propio estilo debemos, en primer lugar, determinarlo. No hace falta que ineludiblemente sigamos los preceptos marcados en tendencias actuales. Podemos crear nuestro estilo particular, ya sea ecléctico, mezclando tendencias, o sin seguir un estilo en especial , dejándonos llevar por nuestro gusto día a día. Sólo debemos ser coherentes y llevar nuestro plan adelante, desde múltiples puntos de vista.
Por ejemplo, debemos decorar siempre a nuestro gusto. Aunque te regalen algún objeto decorativo con buenas intenciones, no lo luzcas en tu hogar si no responde a tus gustos, a menos que su sola presencia te evoque el recuerdo de ese ser querido que te lo obsequió. Colocar objetos porque sí o porque no sabes qué hacer con ellos sólo te llevará al desorden y a la incomodidad en tus propios ambientes.
También debes aplicar la iluminación deseada. Aunque se recomiende colocar una luz general en los espacios, si tu estilo dicta colocar múltiples luces en varios puntos, hazlo (siempre cuidando de colocar luminarias de bajo consumo, con respeto al medio ambiente y cuidando tu economía doméstica). Prioriza la luz que necesites según tus actividades, ya sea para las labores o para las actividades diarias. Aprovecha siempre la luz natural.
La pintura o el tapizado de paredes debe responder sólo a tus deseos y gustos. No sigas tendencias por miedo a equivocarte: recuerda que si aplicas un color y luego no estás satisfecho, siempre puedes aplicar un nuevo tono por encima. Debes jugar con los colores, las combinaciones, los patrones y los estilos hasta hallar, en la prueba, tu gusto particular.
En lo que respecta a los muebles y elementos, prioriza tus necesidades por sobre los estilos. Si requieres de gran espacio de guarda, optimiza tu decoración maximizando los espacios de guarda. En lugar de una mesa simple o de un dressoire, coloca muebles con puertas y cajones. En lugar de alacenas simples, coloca estanterías en varias alturas para aprovechar su espacio. En lugar de un asiento sencillo, tapiza un cajón con acolchado, que permita sentarse y también guardar cosas en su interior.
Finalmente, no tengas miedo de probar cosas nuevas, si tus deseos te llevan por ese camino. Una cajonera sencilla no tiene por qué ser cuadrada y simple: puede responder a una forma que te resulte en particular interesante. Todo dependerá de tus deseos y de tus preferencias. Es tu propio espacio, y es el lugar ideal para hallarte a ti mismo mediante su decoración.