El movimiento ambientalista gana terreno día a día, conforme más y más personas van notando la importancia de cuidar y mantener nuestro entorno, no sólo para las futuras generaciones, sino incluso para la propia, pues el impacto de la acción humana ya ha comenzado a amenazar diversos ámbitos de nuestra actualidad.
No es necesario afiliarte a una agrupación “verde” ni cambiar por completo tu vida y tus actividades: pequeños cambios y adaptaciones bastarán, como compartir el coche con los colegas y vecinos, usar transportes públicos y caminar o andar en bicicleta, usar bolsas de tela o de papel y envases de vidrios reciclables en lugar de plásticos dañinos, y reducir el consumo de recursos naturales, sean o no renovables.
Y el hogar también puede ser ambientalista, desde muchísimos aspectos. El uso de tecnologías de energía solar, bioclimatización, iluminación y ventilación natural son algunas buenas ideas; y también la decoración puede hacerse verde si sabemos ponernos en acción.
Al elegir los materiales y elementos para decorar el hogar, sean pinturas, tejidos o géneros, y también los materiales de aplicación, prefiere los elaborados con elementos orgánicos y recursos renovables, como la madera, la paja, las fibras y cerdas naturales, dejando de lado los productos sintéticos, plásticos, resinosos u otros similares.
Prefiere las pinturas látex o de base acuosa, con pigmentos naturales, antes que las sintéticas u oleosas, pues sus residuos afectan al ambiente en su aplicación y en la limpieza. También usa rodillo de lana o pincel natural, evitando los aerosoles y el pulverizado.
Al igual que en la elección de pinturas, cerámicos, barandales, pisos y demás componentes respetuosos con la naturaleza, elige las decoraciones estables (cortinas, tapizados, alfombras, tabiques y separadores de ambiente) elaboradas a partir de materiales naturales y recursos renovables, como las telas de algodón y fibras naturales, las maderas, juncos, cañas, barros, esterillas, ratán u otros.
Hacer una decoración ambientalista requiere de prestar atención a los materiales usados, pero también a los elementos que integramos a cada rincón del hogar. Al elegir decoraciones, prefiere siempre las que sean elaboradas o fabricadas en respeto al medio ambiente, evitando los plásticos, las resinas y los elementos construidos bajo normas que no sean ambientalistas o que utilicen pinturas de plomo o sintéticas.