La decoración al estilo escandinavo estuvo muy de moda en la década del 50. Rememora un estilo retro atemporal y elegante de línea clásica. La inspiración son los colores suaves y neutros de los paisajes suecos, logrando un espacio cálido y relajante muy apropiado para la época actual.
La creación del estilo escandinavo ha sido atribuida al artista Carl Larson, pintor y diseñador de interiores sueco fallecido en 1919. Carl Larson fue considerado un diseñador adelantado a su época, pues trabajaba con colores cálidos, daba preferencia a la luminosidad natural y adornaba las habitaciones con objetos sencillos que contrastaban con el estilo oscuro y recargado de la época.
Los ambientes decorados al estilo escandinavo son espaciosos y tienen grandes ventanales que aprovechan la luz natural. Los colores en los muros son tonos crema y neutros, a excepción de un rojo brillante que da un toque de dramatismo muy interesante al conjunto, y es el sello representativo de este estilo decorativo.
Los muebles de estilo escandinavo son una combinación de líneas curvas y rectas. Las maderas son claras, de Pino blanco, Haya o Fresno. Las patas de los muebles son finas, estriadas, con asientos de cojines y tapizados en colores crema.
Los techos altos, las molduras de pared, los pisos de madera clara o pintados de blanco, los ventanales de vidrio emplomado y el esténcil son propios de este estilo que combina accesorios tales como las lámparas de madera o hierro, los espejos, las velas, las coronas de flores u otros elementos naturales, la cristalería y los objetos de plata.
Las telas de cortinados y tapicería siguen el estilo de la paleta de colores neutra. Pueden ser lisos, con textura o con rayas, que es un elemento muy frecuente en la decoración escandinava. También pueden verse telas floreadas con un diseño delicado y sutil en fondo blanco o claro. Las flores frescas y los arreglos florales siempre están presentes en esta fina y delicada decoración.