El estilo rústico tiene la particularidad de aportar calidez a cualquier ambiente, además de darle cierta “informalidad” que permite vivirlo sin culpas, sin temor a desordenar o incluir elementos decorativos que desentonen con el estilo.
Por eso, si lo tuyo no es precisamente el orden extremo de los estilos minimalista o zen, te encantará decorar tu casa en estilo rústico.
Una de las maderas más apreciadas en este estilo es el pino, lo cual es excelente porque los muebles de este material están entre los más económicos. Puedes poner mesas de pino en la cocina, o en el comedor, mucho mejor si es una antigua mesa de campo. Los armarios descubiertos, con la vajilla a la vista, también son característicos.
Los materiales preferidos del estilo rústico son la madera, el hierro, el cobre, la arcilla, la piedra. Puedes usarlos en paredes, pisos y objetos decorativos. Recorre los mercados de pulgas buscando lámparas antiguas de hierro, grandes botellas de vidrio, marcos de madera sencillos, de varilla ancha, taburetes de madera, carpetas y manteles bordados a mano, espejos en marco de madera o bronce… todos aportan calidez.
Los sillones se tapizan en telas rústicas, lisas o estampadas. Quedan muy bien las mantas coloridas sobre los asientos. Las sillas de cocina pueden ser de esterilla o madera. Un almohadón con estampado alegre, de los colores de la naturaleza, o incluso en cuadrillé (como los viejos manteles), son un complemento perfecto.
Si vas a poner alfombra, procura que sea rústica, en tonos ocres. Los colores de la tierra son los preferidos para este estilo: marrones, verdes, amarillos, ocres (desde el beige al terracota, pasando por el naranja). No tiene que ser necesariamente de yute, pero, definitivamente, no va demasiado bien la alfombra de pelo largo.
Recuerda que, aunque busquemos un ambiente relajado, no por eso debe estar lleno de objetos: la profusión de madera puede llegar a saturar, por lo que se llega a un mejor resultado poniendo pocos accesorios pero muy bien elegidos: una araña de hierro, una escultura en madera, un cuenco con piedras, una jarra de vidrio con ramas secas o flores de campo frescas, cacharros de cobre colgados en la cocina, bastarán para dotar a tu casa rústica de calidez y confort, en ambientes que se pueden vivir a pleno.