El estilo minimalista en arquitectura y diseño de objetos nació en la década del 60, en la Bauhaus, escuela de arte y diseño de Alemania. El pionero de este estilo fue Mies Van der Rohe, uno de los arquitectos más destacados de todos los tiempos.
Este estilo se caracteriza por el orden, las líneas rectas, la ausencia de profusión en los detalles y la eliminación de todo lo que sea accesorio. Estas características se aplican tanto al diseño de los muebles como a la decoración de un ambiente, lo que resulta en espacios muy nítidos, con pocos objetos de líneas simples, y casi monocromático.
Los colores preferidos en la decoración minimalista son el blanco y el crudo, que se aplica a paredes, techos y muebles, con toques de negro o tostado, o algún tono algo más subido en algún objeto decorativo (como un almohadón o una lámpara). El blanco puro es el color más utilizado en la decoración minimalista.
También los materiales se tienen en cuenta en el estilo minimalista, siendo la premisa que sean lo más naturales posible. La madera se utiliza en pisos y muebles, combinada con cemento alisado, piedra, vidrio y alambre. Las telas que se usan son, de preferencia, lisas: fuera los tapetes floreados o los almohadones estampados. El lino y la loneta, telas rústicas por excelencia, son las que mejor se adaptan a este estilo austero. Se usan para cortinados y almohadones. También las sillas y sillones pueden tapizarse en estas telas, aunque el cuero es el material que más utilizó Mies Van der Rohe en sus butacas famosas, como la silla Barcelona, que hoy es un clásico.
Las cortinas pueden estar totalmente ausentes. De hecho, las casas minimalistas de la década del 60 tenían grandes, enormes ventanales, sin cortinas ni persianas, ya que se privilegiaban la vista y la pureza del vidrio. Del mismo modo, se prefieren las paredes desnudas, aunque un gran cuadro dominando uno de los muros también se suele incluir en este estilo.
Por supuesto, cada uno adaptará este estilo tan despojado a su propio gusto. Una forma de hacerlo es combinar muebles de estilo oriental con otros de diseño netamente minimalista, por ejemplo, o pintar una de las paredes en algún tono un poco más subido, aunque sin llegar a tonos vibrantes.
El estilo minimalista es ideal para los espacios muy amplios, los techos de doble altura, los loft. Pero también se debe tener en cuenta el estilo de vida de los habitantes de la casa, ya que el orden es parte de la decoración. Probablemente no sea el ideal para una familia numerosa, con muchos niños en la casa, o en hogares donde la casa “se vive” a pleno.
