Decorar el cuarto de los hijos es, ya de por sí, una tarea algo complicada: los niños crecen rápido, sus gustos y necesidades cambian, y la decoración del cuarto deberá cambiar con ellos. Cuanto más se complica la cosa, es cuando el cuarto es compartido por dos hermanos, que no siempre tienen gustos y hábitos similares (como el típico caso del “ordenado” y el “desordenado”).
Cuando se comparte el cuarto no queda más opción que compartir ciertos espacios, y ese es el terreno en el cual deberán “negociar” entre ellos las condiciones de habitabilidad. Pero puede haber sectores personalizados para cada uno: tanto la cama como el espacio de estudio deben adaptarse a cada una de las personalidades.
Los muebles actuales para cuartos infantiles permiten ubicar dos camas superpuestas en poco espacio. En ese caso, cada una de ellas deberá estar vestida con los colores preferidos de cada niño. Cuando el espacio no es suficiente, las camas abatibles son una buena opción, ya que dejan libre el cuarto durante el día para otras actividades. El espacio de pared al costado de cada cama permitirá que cada niño “decore” a gusto el sector, con sus fotos, cuadros, o dibujos favoritos.
Podemos ubicar planchas de corcho para que puedan poner lo que quieran, sin que la pintura de las paredes corra peligro.
Si es posible, cada niño debe tener su propio escritorio, para que puedan desarrollar sus actividades (estudiar, dibujar, escribir, etc.), sin molestarse mutuamente. No es necesario que los escritorios sean de gran tamaño, sino lo suficiente como para trabajar con cierta comodidad. En el caso de una biblioteca compartida, se pueden asignar estantes a cada uno, pintándolos de distinto color.
Al igual que ocurre con los escritorios, cada pequeño debería tener su espacio propio de guardado de ropa (cajones, estantes y sector de colgar), que pueden estar en el mismo placard o ropero. Lo mismo con los juguetes: bastarán un par de baúles individualizados, o cajas plásticas que puedan apilarse o guardarse bajo la cama.
Casi todo en la decoración del cuarto compartido es negociable. Lo importante es que los papis expliquen a los niños las posibilidades reales, y encuentren entre todos la mejor solución.