Tu pequeño ya camina y comienza a explorar el mundo… o su cuarto, en principio. Por eso debes adaptarlo a las nuevas necesidades del bebé, que ya no es tan bebé. También querrás que la nueva decoración del cuarto infantil, además de ser divertida, segura y estimulante, dure por un buen tiempo.
Ahora que el bebé ha crecido, puedes cambiar la gama de colores de la habitación infantil. Una buena idea es pintar las paredes en un color neutro, o blanco, y poner el acento de color en los objetos decorativos y muebles. Los vinilos decorativos son una excelente solución para personalizar un rincón, o poner un toque de color en alguna de las paredes de forma rápida y sencilla. Además, podrás cambiarlo por otro diseño cuando quieras.
Un detalle de color puede estar en las cortinas. Si bien las de motivos infantiles son muy bonitas y divertidas, una cortina lisa, del mismo tono o en composé con la ropa de cama, te permite unificar el ambiente y que se vea alegre, sin parecer caótico. No hay reglas para los colores a usar, elige uno divertido y estimulante.
Los muebles del cuarto infantil deben ser cómodos, prácticos y seguros. Cuando el niño es aún pequeño, la cama debe tener alguna protección para que no pueda caerse o bajarse solo. Para niños un poco más grandes, de 4 o 5 años, podemos crear una cama de ensueño, convertirla en un coche de carreras, una carroza de princesa, un barco o un autobús: paneles de madera recortados a la forma deseada, pintados y adosados a los costados de la cama crearán una cama diferente y original. Siempre procura que quede un espacio abierto para que pueda subir y bajar de la cama fácilmente.
Si no tienes espacio de guardado, es imprescindible colocar un ropero o un mueble donde pueda entrar toda su ropa. Puedes optar por un modelo clásico y pintarlo a tono con las cortinas, decorándolo con vinilos adhesivos o creando alguna guarda en color contrastante con esténcils.
Los juguetes pueden ir en baúles, cajas con ruedas, bolsas de red colgadas de la pared o el techo… hay muchas opciones, que dependerán del espacio que haya en la habitación infantil. Lo importante es que el niño pueda acceder fácilmente tanto para sacarlos como para guardarlos.
No debería faltar, si hay lugar suficiente, una mesa con sillitas sobre la que pueda dibujar, modelar, y armar. Recuerda que los bordes siempre deben estar protegidos y no tener puntas agudas con las que pueda lastimarse.
Una pared-pizarra es una excelente opción para cuando el pequeño comienza a hacer garabatos. Aprenderá rápidamente que en esa superficie puede expresarse a sus anchas. Todos los materiales para pintar, dibujar y modelar deben estar en una caja aparte de los juguetes.
La alfombra no es siempre la mejor opción en un cuarto infantil: junta mucho polvo y se puede manchar (aunque tenga proceso antimanchas). Lo mejor es poner una alfombra infantil en un rincón del cuarto, junto a la cual ubicaremos el baúl de los juguetes, para que pueda jugar en el piso.
La iluminación será la misma que hasta ahora: una luz central, y apliques en las paredes, por sectores. Puedes agregar una mesita con una lámpara divertida junto a la cama.
Esta decoración debería durar hasta que el niño esté en edad escolar, así que tu bebé podrá disfrutarla por mucho tiempo.