El orden y la organización en las diversas habitaciones de la casa es posible, si nos dedicamos a la creación de rutinas saludables que enseñen a todos los miembros del hogar a colocar cada cosa en su lugar. Y esta es una regla de oro cuando se trata de mantener el orden en las habitaciones infantiles, poniendo en práctica algunos de los consejos que veremos a continuación.
Para lograr el orden es indispensable contar con espacio de guarda, tan simple como eso. En las habitaciones infantiles se entremezclan las ropas, los juguetes, y quizás incluso los útiles escolares o las herramientas de las actividades.
La ropa debe quedar siempre en guarda, pues serán los padres quienes se encarguen de su manipulación. El niño puede tener acceso a ella, pero no le encomendaremos la tarea de su guarda al pequeño, que carece de tales habilidades. Sin embargo, es buena idea invitarlo a acompañarnos mientras guardamos la ropa limpia en su lugar, para ir creando esta idea de hábito saludable.
En cambio, los juguetes sí deben quedar totalmente a su alcance, tanto para tomarlos, como también para darles guarda al finalizar de jugar. Así, guardar los juegos y juguetes en un gran cesto, en un cofre o baúl ubicados en el piso de la habitación, o quizás en el último cajón de la cajonera, le permitirá al niño acceder fácilmente a sus elementos predilectos, y también facilitará la guarda al momento del orden de la habitación.
Cuando planifiques la organización del cuarto infantil, aprovecha los espacios de guarda superiores para colocar aquello a lo que el niño no deba o no vaya a tener acceso. Por ejemplo, utiliza los estantes superiores para guardar allí las sábanas, los cobertores o los toallones de baño fuera de uso, para permitir mayor espacio en los espacios de guarda inferiores, donde puedes colocar la ropa de abrigo del pequeño y todo aquello que pueda manipular más fácilmente.
El calzado de los niños puede quedar en guarda en cajas debajo de la cama. Usa sus cajas originales o contenedores de gran tamaño que faciliten la conservación de todo el calzado en un mismo sitio.
Prioriza la practicidad, ya que esto permitirá que el niño pueda incorporar más fácilmente la idea de orden: un niño de corta edad no logrará recordar exactamente dónde va cada objeto, pero sí podrá aprender velozmente que el calzado va en el contenedor debajo de la cama, los juguetes en el cesto, y la ropa en el placard. Así, estarás ayudándole a crear hábitos saludables que luego irá desarrollando sin complicaciones.