Antiguamente, la decoración del cuarto infantil se limitaba a colores neutros, telas livianas, y quienes tenían un alto poder adquisitivo eran los únicos que contrataban servicios profesionales. Pero hoy todo eso cambió. El mercado ha ampliado su oferta de mobiliario y elementos funcionales y decorativos, y nuevas escuelas del desarrollo cognitivo y motriz infantil han puesto al alcance de todos técnicas e ideas más que apropiadas para pequeños en pleno desarrollo.
Es importante cumplir con el deseo del niño. Los bebés no pueden expresarnos sus ideales de decoración, claro, pero no debemos impulsar decoraciones extravagantes si notamos que el niño se siente inquieto ante ciertos colores, objetos y formas. Una buena idea es evitar colores demasiado agresivos, y también alejarse de los extremos.
La habitación infantil debe estar bien iluminada siempre, priorizando la luz natural, pero sin ser demasiado brillante. Aprovecha el uso de cortinas de telas livianas para permitir el ingreso de la cálida luz solar, y evitar al mismo tiempo el brillo. Siempre coloca la cama o la cuna lejos de la ventana, para que el niño no se vea afectado por la luz durante su descanso diurno.
Procura que en la habitación haya un sector de juego. Alfombras de ejercicios y zonas de esparcimiento desde la más temprana edad son beneficiales, pues van creando en el niño hábitos de aprendizaje y de ubicación espacial muy importantes más adelante en su futuro.
Inspírate en las fuentes básicas. Revisa revistas y portales web de decoración de interiores para hallar el estilo adecuado, la paleta de colores óptima, y los elementos indispensables. Luego, de acuerdo a tu presupuesto, recorre tiendas de nuevos y usados, reacondiciona, y exprime cada centavo para hacerlo valer. No rellenes espacios vacíos con elementos decorativos excedentes, pues el niño necesita tener espacio libre y formas que vaya aprendiendo e incorporando, sin que resulte abrumador.
Elige muebles funcionales que se adapten al crecimiento del bebé. En lugar de una cuna diminuta, elige una cama que pueda ser usada por años. Las cajoneras pueden ser adaptadas para funcionar como cambiador, y luego ser acondicionadas y decoradas para la infancia. Procura que el mobiliario perdure y acompañe al niño en su crecimiento.
No olvides los juguetes. Deben ser apropiados para la edad del pequeño, y estar siempre a su alcance. Los libros infantiles tampoco pueden faltar, para fomentar el sano hábito de la lectura desde la más temprana edad.