Todos queremos tener un jardín bonito y cuidado, con césped mullido y verde y plantas lozanas. El problema es que esto se consigue, en parte, con abundante riego, y no están los tiempos para desperdiciar agua, ¿verdad?. Sin embargo, hay varios sistemas de riego que nos permiten tener un bello jardín y ahorrar agua a la vez: basta con usar los más eficientes y, si podemos, hacer algunas modificaciones de diseño en el jardín.
Una de las posibilidades es tener un jardín de bajo mantenimiento, con plantas crasas, que necesitan menos agua (y cuidados). También podemos reemplazar parte del césped por grava, piedras, arena, cortezas, que le dan un toque muy original y, además, mantienen la humedad y temperatura de la tierra. Esto ya de por sí ahorra agua, reduciendo la superficie de riego. Es una buena opción hacer “cercos” de piedras alrededor de árboles o conjuntos de plantas.
Podemos instalar sistemas de reciclado de aguas grises, o de recolección de agua de lluvia, con la que regaremos las plantas. Y también podemos hacer más eficiente el sistema de riego automático.
Los sistemas de riego automático por aspersión gastan mucha agua, pero podemos reducir el desperdicio de varias maneras. Uno es programándolo, para que riegue sólo a determinadas horas y por períodos de tiempo controlados. También podemos instalar sensores que midan la humedad de la tierra, para que el sistema se active sólo si es necesario. Y cuidaremos que las áreas que cubren los aspersores no se superpongan entre sí.
El sistema de riego más eficiente es el de riego por goteo o riego localizado. Este sistema consiste en tuberías enterradas bajo el jardín, que tienen perforaciones a distintas distancias (según la necesidad), en las que se insertan goteros. Todo el sistema está controlado por una central programable, que determina el horario de funcionamiento, y hace que se abra y cierre la electroválvula que deja pasar el agua. Lo ideal es tener sectores diferenciados, ya que no es lo mismo regar una superficie de césped, que un seto con flores, o una huerta: cada uno tiene sus propias necesidades. Con un único programador y distintas electroválvulas, una por cada sector, decidiremos cuándo y cuánto regar cada uno.
Este sistema de riego funciona con muy baja presión de agua, por lo que debemos instalar, además, reguladores de presión, ya que la presión de la red común de agua corriente es demasiada para este sistema y haría saltar los goteros. Con un filtro a la entrada del sistema, además, evitaremos obstrucciones. De otro modo, los goteros pueden taparse.
Nuestro jardín lucirá igualmente bello, con menos agua, pero utilizada en forma más eficiente.