Los libros son elementos con cualidades que pueden ser pensadas como mágicas, o al menos magistrales. Nos permiten viajar y conocer sitios remotos, nos brindan un sinfín de conocimientos, nos entretienen y emocionan por igual. Y también, además de semejantes capacidades, son elementos altamente decorativos.
Los libros añosos, con sus tapas de cuero, aportan historia y cierta masculinidad a los estudios, oficinas y salas familiares de hogares en todo el mundo. También los modernos, en colecciones cuyos lomos combinados exhiben imágenes o hasta escritos, son una genial manera de decorar, a la vez de aprovecharlos en su mera lectura.
No es indispensable contar con una vasta colección o con una cantidad de libros antiguos para hacer una decoración especial. Puedes usar virtualmente cualquier tipo y estilo de libros, en diferentes grosores y espesores, con diferentes alturas, con diferentes estilos en cualquier aspecto, tan solo siguiendo algunas de estas ideas.
Para realizar esta decoración fijaremos nuestra atención en las cubiertas o tapas de los libros, más particularmente en sus lomos. No vamos a enfocar nuestra atención en su temática, en su autor ni en su numeración, sino en su color.
Toma todos tus libros y observa sus lomos. Sepáralos en pilas según su color. Luego, colócalos sobre la estantería o la biblioteca, siguiendo esta clasificación cromática que acabas de realizar.
A partir de aquí, puedes colocar los de cada color en un compartimiento de la biblioteca, o ir un paso más allá poniéndolos en un orden gradiente. Con ello nos referimos a que, por ejemplo, tomas todos los libros modernos y llamativos cuyos lomos sean de color azul. En lugar de colocarlos sin orden en el compartimiento o en el sector de la estantería, los irás ordenando desde el más claro hasta el más oscuro.
Puedes poner los libros en orden aleatorio, cada color por su lugar, o bien crear un gradiente en general: comenzando por los libros blancos, luego los amarillos, los anaranjados, los rojos y así, hasta completar el degradado de colores en el orden que prefieras. Lo llamativo del trabajo final será esta paleta de colores que has logrado, simplemente dando un orden especial a los libros de tu biblioteca.
Pero esta manera de lucirlos es, ciertamente, mucho más atractiva y llamativa que las anteriores. Si quieres llevar un control de los libros para hallarlos fácilmente, aprovecha para catalogarlos, tomando nota de su título, autor y “color” en una lista independiente. Luego, podrás imprimir esta lista en orden alfabético o mantenerla en tu ordenador para una más rápida consulta.