Si decimos la palabra “vestidor” automáticamente pensamos en el walk in closet de Sarah Jessica Parker en Sex and the City, o la mega habitación con todo y bar del personaje Karen de Will & Grace. Pero este sitio no necesariamente es un apartado del hogar, y bien podemos determinar nuestro propio vestidor en un ambiente libre.
Sería ideal tener una habitación independiente, para dedicarla exclusivamente a crear allí un vestidor ataviado con banquillos, espejos, y que albergue absolutamente toda nuestra ropa. Pero la verdad es que no muchos hogares cuentan con semejante espacio, sino con uno apenas mayor al de un guardarropas, con suerte.
El vestidor es un guardarropas espacioso que permite no sólo contener las prendas, abrigos y calzados, sino también cambiarnos allí mismo, o que al menos cuente con un espejo funcional para poder vernos.
Por ello, este sitio ha de ser lo suficientemente espacioso como para colocarle vestidos, prendas y calzados en perchas y colgadores, estanterías, cajoneras y demás. Cada centímetro será aprovechado, pues también los accesorios, sombreros y detalles quedarán contenidos en el vestidor.
El vestidor puede ser creado en una habitación libre del hogar, o también en un espacio amplio determinado para el empotrado de un ropero. Elige cualquier espacio libre de la casa, por ejemplo, si tienes una habitación espaciosa, coloca bloques y tabiques que individualicen esta zona del resto.
Para independizar el sector, puedes valerte de tabiques de madera, biombos amplios, placas de durlok a modo de paredes divisorias o, en el caso más económico, cortinas de techo a piso, que dejen las prendas y los calzados fuera de la vista.
Una vez determinado e individualizado el espacio, montaremos barrales para perchas y colgadores, estanterías y cajoneras independientes. Con perchas de corbatas podemos colgar cintos, fajas y hasta alhajas. En las cajoneras daremos guarda a las prendas íntimas, y en los barrales los vestidos, trajes y las prendas más largas. Si el espacio lo permite, ubica todas las prendas colgando en perchas.
La diferencia entre un vestidor y un ropero es que en el primero podemos ingresar a él. Por ello, crearemos sitios de guarda a ambos laterales para determinar una suerte de pasillo entre ellas. Si el espacio fuera menos, de las tres paredes del vestidor colocaremos prendas en la posterior y en una lateral, montando un espejo plano en la restante.
Para proteger las prendas, la solución más económica, sencilla y práctica es colocar cortinas. Incluso dentro del vestidor, pon algunas deslizables frente a cada zona de guarda. De este modo, puedes ubicar ropa de todos los días, laborales, elegantes y todas por separado, cada una con su propia cortina de protección.
Además del espejo de gran tamaño, recuerda poner un banquillo y una alfombra o moqueta, para poder ingresar a pies descalzos, y vestirte por completo en un vestidor bien iluminado, sin necesidad de estar ingresando y saliendo a cada instante.