“El arte es arte cuando alguien dice que lo es”, dice un viejo refrán del ambiente, y tiene toda la razón: el arte no necesita tener una firma afamada para gozar de tal característica. Un simple dibujo, un boceto sobre una servilleta de papel, e incluso un cúmulo de arena modelado de manera específica se convierten en arte cuando quien lo mira queda atrapado por su belleza, por su lenguaje, por su mensaje o por su expresividad.
Por tanto, tú puedes crear tu propio arte. Sí, así como lo ves: puedes lograr obras originales, personales, que respondan tan sólo a tus deseos y a tus gustos. Quizás no tengan mano de pintor… pues esto no es impedimento alguno: el arte puede ser un modelado, un dibujo, una fotografía o cualquier elemento que elijas para decorar tus ambientes de la manera más íntima y personal.
Algunas buenas ideas para crear tu propio arte son las de utilizar tus fotografías. Ya sean fotos tomadas por ti, fotos compradas, fotografías descargadas de portales sin derechos de autor de los más variados sitios de Internet. Puedes aprovecharte, también, de los medios digitales de edición fotográfica. En pocos pasos puedes adquirir versiones de pago y versiones gratuitas de programas de diseño, con los que puedes retocar y convertir tus fotografías en obras magníficas y muy poco convencionales.
Los programas de diseño más afamados son Corel Draw, Photoshop (el gigante de la edición fotográfica) y algunos más. En Internet podrás hallar versiones de muestra, para utilizarlos de manera gratuita por algún tiempo. También hallarás portales gratuitos con tutoriales y consejos de edición, para retocar o modificar tus fotografías.
Una vez logradas, puedes imprimirlas en diversos soportes. Las casas de fotografía y los talleres de impresión convierten simples fotos en elementos decorativos sobre superficies de papeles de distintos brillos, gramajes y texturas, o también puedes pedir impresiones y estampados en lienzos, aluminio, metacrilato, policarbonato, grabados en madera o muchísimas opciones más, dependiendo de tu gusto.
Si tomas una simple fotografía y la expandes a cuatro veces su tamaño, podrás imprimirla y colocarla en marcos de madera simples, logrando un cuadro dividido en cuatro sectores. Colócalos separados por dos centímetros, y habrás decorado toda una pared de manera magistral, por pocos billetes.
Haz imprimir tus obras y diseños en lienzos livianos y podrás crear cortinas funcionales que, al cerrarse, exhibirán tu diseño de manera especial. ¿Por qué no aprovechar esta opción para imprimir un paisaje de tus últimas vacaciones, y convertir tu sala en un refugio veraniego cada noche?
Convierte tus fotografías en separadores de ambientes, imprimiéndolos en acrílicos y policarbonatos translúcidos. ¡Vaya forma de decorar tus ventanas de manera personal!
El arte no posee límites, ni tampoco el gusto. Es cuestión de que te animes, y que decores tus ambientes con lo que tú consideras bello y personal. ¡Anímate!