Los colores, en nuestra vida, juegan un papel fundamental. Son nuestra conexión y nuestra expresión en muchos aspectos de lo más diversos, desde los que elegimos para nuestro atuendo, hasta los que escogemos para decorar y ambientar todos los rincones de nuestro hogar.
Pero además de una cuestión estética y de gusto personal, los colores poseen significaciones espirituales, que logran mejorar o modificar nuestro estado de ánimo, así como la sensación que queremos que conviden los espacios de nuestra casa y de nuestra vida en general.
Entre la amplia paleta de colores que es nuestra vida, el naranja y el rosa se presentan en sensaciones agradables, llenas de vida, y capaces de demostrar alegría y amor. Son los colores de las flores, de los atardeceres más bellos, y también de los amaneceres esperanzadores.
A nivel espiritual, el color rosa (o rosado) es el color de la creatividad y del amor. Es el color que elegimos para demostrar nuestras intenciones románticas hacia otra persona, y es el tono que priorizamos para convidar nuestras emociones en elementos, creaciones y hasta en nuestro atuendo. El rosa es un color esperanzador, ameno y singular, pues logra mejorar nuestro ánimo incluso en los días más grises.
Los tonos rosados son elegidos para decorar cuartos de preadolescentes, pues invita a la creación y a la imaginación. Es también el color de estilos de vanguardia como el shabby chic y el chic, por iguales motivos. El rosa, a nivel cultural, suele ser obviado de los espacios masculinos. Sin embargo, el uso del color rosa en ambientes de hombres posee una carga energética benéfica, pues impulsa la energía y la contemplación, lo que resulta en especial beneficial para los negocios y para la planificación y el desarrollo de estrategias.
Por su parte, el color naranja (o anaranjado) es un color alegre y lleno de vitalidad. Es el gran elegido para los ambientes infantiles, por sus aportes beneficiales a la diversión y a la imaginación. Pero también es un color estratégico para el pensamiento, en tonos menos vibrantes. El naranja es ideal para decorar cuartos de estudios, oficinas y bibliotecas, e incluso para las salas comunes.
La mezcla de colores rosados y naranjas resulta en toda una estrategia para la creatividad, la imaginación, la planificación estratégica y la concentración. Por ello, a pesar de sus lúdicas acepciones, esta combinación de colores resulta especial para decorar departamentos individuales, oficinas y espacios laborales.