El color de la pintura en la decoración

Cambiar el color de un ambiente es la forma más sencilla y económica de renovarlo. Basta tener en cuenta algunos detalles a la hora de elegir el tipo de pintura y el color, y armarnos con algo de paciencia, para conseguir excelentes resultados.

Cómo elegir el color adecuado para pintar

En primer lugar, debemos tener en cuenta que el color de un ambiente no solo se elige sólo por el gusto, también es importante la actividad que en él se realiza. También debemos considerar el color de aquellos elementos que no cambiaremos: la pintura debe combinar con ellos o, por lo menos, no provocar un efecto de contraste desagradable a la vista. Estos elementos son la moqueta (si la hubiera), el tapizado de los sofás, las cortinas, el color de la madera de los muebles, etc.

En segunda lugar, no olvidaremos considerar la iluminación de los ambientes a pintar: si tienen una excelente iluminación natural durante el día y artificial en la noche, podemos usar un tono algo oscuro en alguna de las paredes, por ejemplo. Pero si la iluminación no es buena, sólo podremos usar colores claros que, además, agrandan los ambientes (el color oscuro en las paredes hace que los ambientes se vean más pequeños de lo que son).

Una alternativa, si nos gustan los colores poco convencionales, es pintar sólo una de las paredes en ese color, y el resto en algún color claro o, simplemente, blanco. El blanco siempre queda bien, cualquiera sea el uso que demos a un ambiente, y es la solución más sencilla en caso de duda.

Si necesitamos renovar el dormitorio, trataremos de elegir colores claros y cálidos, que son los que ayudan al descanso. Lo mismo haremos si se trata del cuarto de un bebé: colores como el melocotón, el verde Nilo, el lavanda tenue, etc., son ideales para estos ambientes. En el cuarto de niños más grandes, a partir de 2 años, por ejemplo, podemos considerar pintar la franja inferior de la pared (hasta 1 metro a partir del nivel del piso) de un color más fuerte, que soporte mejor los embates infantiles. Para atenuarlo, podemos pintar guardas que, a la vez, ayudarán a disimular posibles manchas.

Si vamos a pintar cada ambiente de un color diferente, trataremos de unificar de algún modo para que la transición de uno a otro sea armónica. Una de las formas de hacerlo es usar distintos tonos de un mismo color.