Los vitreaux son un mix de hermosísimos, pequeños y diversos vidrios de colores, unidos por varillas de plomo, dando como resultado un cristal de un encanto sin igual. Estas obras de arte tienen la particularidad de ser muy costosas, ya que su elaboración es bastante compleja.
De todos modos, hemos encontrado un procedimiento sencillísimo que nos permitirá crear imitaciones caseras de los famosos vitreaux y de las célebres lámparas Tiffany, con resultados que, a primera vista, son idénticos.
El falso vitreaux es una técnica de imitación muy simple y económica, que suele utilizarse para decorar vidrios en todas sus variantes, y otro tipo de objetos traslúcidos, ya sean acrílicos, acetatos o plásticos transparentes, mediante la pintura de los mismos. De este modo, podemos sumarles color y vida a nuestros objetos hogareños de un modo fácil y divertido.
Es importante que sepamos que, al trabajar con vidrios con texturas, debemos hacerlo siempre del lado liso de los mismos. Además, con este tipo de vidrios tenemos una ventaja importante: permite disimular posibles errores.
Los materiales que utilizaremos son los siguientes:
Comencemos. En primer lugar, limpiamos y desengrasamos nuestro vidrio con un pequeño algodón embebido en alcohol. Luego, realizamos dos copias de nuestro diseño sobre el papel calco, con el rotulador.
Pegamos una de las copias sobre el vidrio y con el cutter cortamos los sectores, que luego serán pintados en distintos colores. Esponjeamos una sola vez, de manera pareja, toda la superficie del vidrio con líquido para esmerilar o barniz, y antes de que seque, quitamos con cuidado los restos del papel.
A continuación, fijamos la segunda copia por debajo del vidrio (del lado contrario al esmerilado) para poder guiarnos, y con cinta adhesiva la pegamos para que no se mueva. Con la pasta de relieve vitral, delineamos sobre el vidrio todos los bordes de cada sector de nuestro diseño, procurando presionar en forma pareja para evitar las diferencias de espesor. Dejamos secar 12 horas.
Transcurrido el tiempo, pintamos cada sector con el color elegido de laca vitral. Para ayudarnos, podemos utilizar un pincel pequeño en las esquinas y lugares angostos. La pintura vitral posee la característica de ser autonivelante, de modo tal que podemos usarla por goteo, es decir, permitiendo que las gotitas de pintura caigan dentro de los sectores, y trabajar sobre una mesa nivelada, para que la laca se distribuya en forma pareja. Nuevamente dejamos secar, esta vez 24 horas.
Cumplido un día entero de secado, retiramos la copia pegada al dorso. Nuestro vitreaux estará terminado y lucirá como uno real.