Si bien es cierto que hay personas que plantan cualquier semilla, en cualquier época del año, y las plantas crecen, no todos tenemos esa suerte. Entonces, lo mejor que podemos hacer para tener un jardín siempre lindo, es plantar las especies que más se adecuan al clima del sitio en que vivimos, y en la época correcta del año. Y, por supuesto, respetar las necesidades de cada una en lo que respecta al tipo de suelo, la humedad y la luz necesarias.
Dentro mismo de nuestro jardín tendremos distintos “microclimas”: zonas donde da el sol y otras que están siempre en sombras; lugares más húmedos, o menos protegidos de los vientos.
En los lugares más soleados debemos ubicar las plantas con flores. No sólo son las que necesitan sol directo (por lo menos durante algunas horas), sino que algunas especies sólo abren si les da el sol. También es el mejor lugar para las plantas que tienen hojas veteadas en verde y amarillo, por ejemplo, con algunas excepciones (como el potus o potho, al que debemos mantener alejado del sol directo). Si piensas plantar rosales, necesitarán abundante sol, lo mismo que los geranios, las petunias, los pensamientos, o la lantana.
Las plantas que crecen mejor en lugares umbrosos son las hortensias, los helechos, la camelia, el laurel, la gardenia. También es conveniente plantar a la sombra las plantas nuevas o jóvenes, hasta que crezcan y se vuelvan más resistentes.
Con respecto al clima, si estás en un lugar frío, con temperaturas por debajo de 0º C en invierno, puedes plantar árboles frutales, por ejemplo, pero teniendo en cuenta la época de floración (que no florezcan en pleno momento de heladas). Algunos de ellos no sólo se adaptan muy bien, sino que requieren de frío extremo para crecer y florecer, como ciertas variedades de cerezo o de almendro.
Las plantas menos resistentes deben estar cerca de un muro o un cerco, para que estén más protegidas, y en un sitio del jardín en el que no queden demasiado expuestas a los vientos del invierno.
En general, son pocas las plantas que toleran el viento excesivo, pero no por ello debes renunciar a tenerlas: protégelas con setos, vallas, o “muros” de plantas resistentes.
Con respecto a la humedad, hay dos tipos a considerar: la humedad del suelo (por lluvias frecuentes o copiosas) y la humedad del ambiente. Si vives en un clima con lluvias frecuentes y, además, la tierra no tiene buen drenaje, debes prestar especial atención a las plantas que pones, ya que muchas no soportan el “encharcamiento” y sus raíces se pudren. Otras crecen muy bien en sitios muy húmedos, como los helechos, que son de clima tropical.
Si sigues estos consejos en cuanto a las necesidades de cada planta, tendrás siempre un jardín perfecto.