Si quieres pintar las paredes o realizar una pátina decorativa sobre objetos, puedes adquirir los tonos justos o fabricarlos a partir de los colores primarios, que son el amarillo, el rojo y el azul.
Hacer tú mismo los colores para pintar te permitirá crear un color único, variar los tonos de colores sobre la marcha, hacer efectos decorativos utilizando degradé, reflejos e interesantes mezclas de tonalidades. En la decoración de ambientes, es fundamental saber cómo mezclar los colores para pintar.
Los colores primarios son el amarillo, el rojo y el azul. Todos los colores se crean a partir de estos tres tonos, exceptuando el blanco y el negro, que son colores neutros.
Los colores secundarios se crean mezclando los colores primarios.
- Con amarillo y rojo creas el color naranja.
- Con amarillo y azul creas el color verde.
- Con rojo y azul creas el color violeta.
- Con rojo, azul y amarillo creas el color marrón.
Los tonos terciarios se crean con una mezcla de colores primarios y secundarios y son muy difíciles de lograr. Ten en cuenta los siguientes consejos para hacer mezclas de este tipo.
Variaciones de naranja: Si quieres crear un naranja claro, comienza con el color amarillo como base y ve agregándole rojo hasta llegar al tono deseado. Hazlo a la inversa si quieres lograr un naranja muy intenso. Para hacer un naranja terroso, agrégale una pizca de azul.
Variaciones de verde: Si quieres crear un verde manzana, pon una pizca de azul en el color amarillo. Ve agregando el color de a poco, hasta llegar al tono deseado.
Si por el contrario, deseas un verde intenso, comienza con el azul y ve agregándole el color amarillo. Para suavizar un verde demasiado brillante, añádele un poco de blanco.
Variaciones de violeta: Para hacer un tono de lila mezcla rojo y azul (para hacer violeta) en un recipiente y pon en otro color blanco puro. Ve agregando de a poco el violeta en el blanco, hasta dar con el tono de lila deseado.
Un violeta azulado lo haces agregando rojo al color azul y un tono violeta rojizo lo haces a la inversa.
Variaciones de azul: A partir de un azul marino puedes crear muchas gamas de color. Si le agregas unas gotas de rojo y blanco, obtienes un tono azul ultramar.
Si mezclas azul con un poco de blanco y unas gotas de verde, logras un azul verdoso muy interesante. Para hacer turquesa, crea un celeste oscuro (blanco y azul) y ve agregando de a poco color amarillo hasta llegar al tono deseado.
Variaciones de rojo: Si agregas blanco al rojo logras fucsia, y si agregas rojo al blanco logras rosado. Si le agregas al rosado unas gotas de amarillo obtienes un rosa anaranjado muy bonito.
Con rojo y una pizca de azul y blanco, tendrás color ladrillo.
Variaciones de amarillo: Un amarillo demasiado claro lo enciendes con unas gotas de rojo. El color obtenido será un amarillo color yema de huevo.
De la misma forma puedes aclarar un amarillo demasiado estridente, agregándole al color original un poco de blanco.
Ahora que sabes cómo mezclar los colores para pintar, no te apresures. Si vas a pintar una pared, deberás primero pincelar una pequeña parte y esperar que se seque para ver los resultados, pues al secarse la pintura el tono se oscurece. Haz una prueba, déjala que se seque 24 horas, modifica el color si fuera necesario, vuelve a pintar un pequeño espacio y vuelve a dejar secar, hasta llegar al tono justo que quieres lograr.