Ikebana es el arte japonés de arreglo de las flores y elementos naturales para lograr conjuntos decorativos de gran belleza artística. Ikebana significa “dar vida a la flor” y mediante las técnicas japonesas se pueden lograr conjuntos florales extraordinarios, donde se expresa la sensibilidad del artista y se rinde culto al delicado encanto de la naturaleza.
Los arreglos Ikebana se pueden utilizar como centros de mesa para bodas y eventos, así como para decorar cualquier tipo de ambientes, pues el arreglo floral natural combina muy bien con todos los estilos decorativos.
Para hacer un arreglo Ikebana puedes utilizar variados elementos naturales, como flores, ramas, juncos, hojas, piedras, troncos, bayas, semillas y frutos. La importancia de los elementos radica en su combinación y disposición, y ante todo, debes cuidar que el arreglo no quede recargado. Ikebana sigue los mismos preceptos del Minimalismo, es decir, menos es más.
Puedes armar el conjunto de dos maneras: el arreglo Ikebana vertical u horizontal.
En ambos casos necesitas un recipiente llano de vidrio, cerámica, madera o fibra natural, alambre de florista, los elementos naturales y una tijera de poda.
Comienza armando la estructura principal. Para ello dispón en el recipiente tres tallos principales, hacia arriba, hacia un lado o hacia ambos lados. Los tallos pueden ser flores, ramas, troncos finos o juncos.
Si vas a armar el arreglo floral con flores frescas, córtalas bajo el agua con el fin de que duren más tiempo.
Una vez que tengas armada la estructura básica, comienza a añadirle los complementos, que deberán ser más cortos que los tallos principales.
Si has comenzado el arreglo con flores, dispón flores más pequeñas a su alrededor. Recuerda que puedes usar variadas especies, pero no demasiadas, para no sobrecargar el conjunto.
Si has comenzado con ramas o juncos, elige flores, capullos u otros elementos que combinen. Observa bien su ubicación, como se ven los elementos desde los diferentes ángulos, los detalles complementarios, etc.
Haz el arreglo con calma y tranquilidad, eligiendo minuciosamente cada elemento y colocándolo en el sitio que creas más conveniente desde el punto de vista estético. Recuerda que el arreglo Ikebana debe expresarse por sí mismo y debe ser una pieza artística, bella y delicada.