Elegir la pintura puede ser cosa sencilla, si tenemos en cuenta algunos factores muy importantes. La superficie a pintar, el presupuesto y el tiempo de secado disponible serán los tres factores principales a considerar, para luego determinar el tipo o estilo de pintura, según su acabado.
Dependiendo de la superficie de trabajo, puedes elegir entre pinturas de base acuosa u oleosa. Las de base acuosa (los látex y acrílicos, aunque también hay esmaltes sintéticos al agua) son ideales para madera, yeso, cemento, y hasta ladrillo. No podrás pintar con ellos sobre plásticos, metales o vidrios, a menos que utilices algún producto agregado, que encarecerá el trabajo. La pintura de base acuosa seca más velozmente y es más práctica en su aplicación, pues para la limpieza de manchas y materiales, sólo se requiere de agua tibia o templada.
Por su parte, las pinturas de base oleosa (entre ellas, el esmalte sintético) demora más en secar y es quizás más costosa, pero posee un acabado más vistoso, parejo y llamativo. También tenemos en el mercado varios estilos de terminaciones, incluyendo acabados brillantes, metalizados, o también productos compuestos que logran simular texturas diversas, como vetas de maderas, metales oxidados y algunas más. Las pinturas de base oleosa son ideales para elementos funcionales, mobiliario, y también para su aplicación sobre metales, vidrios, cerámicos, plásticos y algunas otras superficies que los látex no logran cubrir.
En ambas categorías, al agua y al aceite, tendrás también opciones de aplicación de acuerdo a la superficie. Cada línea posee pinturas específicamente diseñadas para paredes y techos, para pisos, para maderas, para interiores, para exteriores, decorativas y demás. De este modo, la amplitud y la ubicación de la superficie de trabajo también será un factor a considerar en la elección de la pintura.
La elección de la pintura, entonces, dependerá del material a pintar, y también del presupuesto y del tiempo de espera en el secado que estás dispuesto a dar. Sin embargo, aunque los productos de base oleosa sean más costosos y que demoren más en el secado, ofrecen opciones decorativas mucho más llamativas, y además, pueden ser adquiridos para su aplicación a pincel, rodillo, soplete y también en presentaciones en aerosol. Las pinturas de base acuosa, en cambio, no poseen esta última presentación, aunque sí pueden ser aplicadas con pincel, rodillo o soplete.
Además, las pinturas de base de agua (látex, acrílico, témpera, acuarela y algunas más) presentan la gran ventaja de la limpieza de materiales con simple agua, en contra al solvente (thinner, aguarrás o solvente para esmalte) que requieren las pinturas de base óleos, como óleos, lacas, esmaltados, barnices y sintéticos.
Ahora sí ya sabes qué pintura debes elegir para cada proyecto. ¡Manos a la obra!