La decoración de un ambiente puede establecerse a partir del gusto de sus ocupantes, seguro, pero también en función a las situaciones reinantes. En eventos y celebraciones especiales, solemos decorar las estancias de un modo tematizado, colocando elementos u objetos característicos de la celebración. Podemos repetir esta mecánica decorativa a diario, contemplando la estación del año, tanto de manera directa como también opuesta.
Con ello nos referimos a utilizar los elementos característicos de la estación del año reinante, o de su opuesto directo. Al igual que durante la primavera utilizamos flores (frescas, secas y motivos florales en estampados y textiles), durante el otoño y el invierno podemos hacer lo mismo, para contrarrestar el frío y los paisajes grises tan característicos de la época.
Ya que utilizar un exceso de flores durante el invierno podría resultar un poco agresivo a la vista, debes emplear la cantidad suficiente de flores, para alegrar el ambiente y aportarle vida y calidez, sin caer en excesos.
Las flores frescas brindan una alegría inigualable, así como aromas especiales. Ya que en invierno las flores accesibles en el mercado suelen ser de establecimientos especiales, puede que resulten menos aromáticas que las frescas de la primavera y el verano. Elige flores propias de las estaciones frías, como las fresias, que podrán complementar la decoración con aromas únicos y frescos, llenos de vida.
En lugar de grandes floreros o vasos con ramos de flores, elige la simpleza. Coloca grupos pequeños de flores, siempre en número impar para atraer la buena fortuna, y colócalas en recipientes más llamativos, para aportar originalidad a esta decoración. Utiliza botellas de vino o de licores, tanto oscuras como blancas, colocando piedras de colores dentro para dar tanto peso en la base del contenedor, como también un atractivo aún mayor. Para flores de tallos más cortos, utiliza copas y copones, o incluso largas tazas de desayuno, para complementar este atractivo visual que estás logrando.
Coloca flores en puntos visuales sutiles, y no a modo de principal atractivo de las habitaciones. En lugar de un gran ramo sobre un pedestal o al centro de la mesa, coloca un grupo de tres simples flores dentro de una lata de conservas sobre una repisa. Estos detalles, más sutiles, invitarán a la recorrida visual de la habitación, a modo de pequeños secretos por descubrir. No te olvides de colocar al menos una flor en el cuarto de baño y otra en la habitación principal, zonas que suelen quedar relegadas en la decoración estacional.