Los elementos de la vida diaria, con un uso indiscriminado, pueden estar afectando tu capacidad de descanso y relajación. El televisor es quizás el principal. Es un elemento útil para informarnos y entretenerlos, sin embargo, un uso abusivo del mismo tendrá sólo consecuencias negativas en tu relajación.
Evita tener un televisor en la habitación, pues afectaría tu descanso en momentos en que deberías estar durmiendo y, al mismo tiempo, posee una descarga energética que no es del todo buena para tu salud.
El ordenador es otro elemento que posee características similares. Déjalo para la oficina hogareña, y no abuses de su uso al trabajar en él. Procura relajarte, tomar recreos, y mantener una distancia de, al menos, 70 centímetros entre la pantalla y tu rostro.
Los relojes, sumamente útiles, son otros causantes de estrés. Llevar la cuenta exacta del tiempo puede tener sus consecuencias negativas. Evita tener relojes en las habitaciones, en la sala de lectura o en el baño. Puedes tener uno analógico en la cocina y en la oficina hogareña, pero procura no estar revisándolo constantemente.
Los artefactos que emiten zumbidos constantes también son causante de estrés, y suelen asociarse al estanco de energías. Las peceras o acuarios, las luces fluorescentes, los artefactos que, conectados pero en pausa o fuera de uso, sigan haciendo zumbidos, son elementos que debes evitar.
Finalmente, los enchufes (tomas eléctricas de pared) han de ser mantenidos siempre bajos, cerca de los zócalos, y fuera de las cabezas de los ocupantes del hogar, para evitar sobrecargas en su energía vital. Evita los enchufes cerca de la cabecera de la cama o del respaldo de los sillones y sofás, utilizando alargues eléctricos si fuera necesario.
El abuso del color fuerte es un motivo de estrés, que quizás ni siquiera notes. Las habitaciones con exceso de colores fuertes y vibrantes impiden tu descanso. Si bien son los tonos elegidos para salas de juegos y salas familiares, procura evitarlos en la habitación, en el cuarto de baño y también en la sala de lectura.
La oficina hogareña también debería mantener colores suaves e inspiradores, evitando la sobrecarga perceptual que los tonos vibrantes suelen aportan a nuestras sensaciones.
