La habitación principal cuenta con mayores comodidades que las demás, pues es el sitio en el que los sostenes del hogar descansan, se renuevan, y reponen energías para llevar adelante a la familia. Por eso, allí solemos encontrar la cama como principal protagonista, con sus mesas de noche, buena iluminación general y direccional, vestidor (o placard, armario), dressoire o cómoda, puede que un cuarto de baño completo integrado, y hasta electros de entretenimiento, como un centro musical, una TV u otros.
También es habitual encontrar una zona de asiento (en cuartos grandes), pudiendo ser desde una confortable silla de lectura hasta un sofá completo, donde el o los ocupantes puedan relajarse, leer un libro, tumbarse a escuchar música o, simplemente, donde puedan sentarse juntos a dialogar.
La cama es el principal elemento de la habitación. Ya que suele ser una compartida, debes asegurarte de disponerla de un modo confortable que permita el fácil acceso desde ambos laterales, para que no tengas que pasar por sobre tu pareja para ir a dormir. También debe haber suficiente espacio de circulación en torno a la cama, pues debes poder acceder a la ventana, al mobiliario o a la TV sin chocarte con tu pareja que se está vistiendo frente al espejo.
La principal función de cualquier habitación es la relajación. La decoración y disposición, así, deben ir en función de la comodidad, de la suavidad, del descanso y no a la inversa, y una habitación cargada de muebles labrados, enormes y que ocupan lugar, sólo interrumpirá la libre circulación y la paz mental que buscamos en esta estancia del hogar.
El orden es otro elemento primordial en la habitación, y más en la principal que es compartida. Evita rincones de difícil acceso y prioriza el espacio holgado en el área de guarda, como cómodas y muebles, para poder guardar a la ropa y a los elementos. Dispón de espacio libre en dos mesas de noche ubicadas junto a la cama, para que cada quien tenga sus elementos necesarios a mano, sin desordenar ni ocupar el espacio de la pareja.
La iluminación ha de ser buena en el general, y bien enfocada en el direccional. Las mesas de noche pueden (y deberían) contar con veladores de lectura o con luces de cabecero que no iluminen el rostro de tu pareja si decides leer un libro en la cama, aunque también debes contar con iluminación general para poder utilizar la habitación por la noche, al vestirte o maquillarte. Por otro lado, la iluminación natural es sumamente necesaria para alegrar y energizar la habitación en el día, pero también debes contar con buenas cortinas gruesas y oscuras para evitar la luz del exterior por las noches.
Finalmente, el arte y los elementos decorativos han de ser suaves, tenues, nada afilado ni extravagante para que despierte tus neuronas y, principalmente, debe ser del gusto de ambos ocupantes de la habitación, pues debe priorizar el mutuo descanso. Evita cuadros, arte y elementos de gran tamaño, de formas acentuadas, u otros culturales que no reflejen el gusto de tu pareja, pues esto interrumpiría la buena función del cuarto principal.
