Cuando decoramos los distintos ambientes pensamos en su estilo, en la paleta cromática y tenemos en cuenta su practicidad, mientras que al decorar las habitaciones debemos proyectar las labores a la inversa: lo visual al servicio de lo funcional.
En la ambientación de una sala familiar o de un cuarto de juegos, procuramos colores vibrantes y formas que inviten a la energía, a las risas y a la diversión; cuando decoramos cocinas y cuartos de baño, lo que priorizamos es su iluminación, aseo y fácil mantenimiento diario. Por otra parte, al decorar habitaciones debemos procurar el buen augurio al descanso, a la relajación, a minimizar las energías y permitir que el cuerpo se recupere luego de una abrumadora jornada.
Los colores deben ser más bien claros, neutros, pasteles, lejos de los brillantes y vibrantes que estimulan nuestros sentidos. Puedes usar colores oscuros también, siempre que no inciten a la energía y a la actividad.
Las formas deben ser redondeadas y suaves, evitando los ángulos y los elementos que pongan en alerta tus sentidos. Las formas redondeadas y suaves proporcionan al espacio una sensación de seguridad, de confort, y son ideales para una habitación de relajación y buenas noches de sueño.
El procedimiento de decoración suele ser igual o, al menos, muy similar al de cualquier estancia. Lo primero es tener en claro el objetivo y funcionalidad del ambiente, para plasmarlo en un diseño en papel o en ideas, y de allí comenzar a planificar las formas, colores y demás elementos de la habitación o sitio a decorar.
Recuerda que, en el dormitorio, debes eliminar los muebles y elementos anexos que impidan el disfrute y la relajación. Pocos adornos, una cama como protagonista, una paleta de colores serena, texturas livianas y formas redondeadas, con espacios abiertos que faciliten la circulación alrededor de la cama (al menos en tres de sus lados) y hasta el cuarto de baño, vestidor o dressoire.
Además de la decoración serena y de la paleta cromática tranquila, recuerda que has de diseñar una habitación que se pueda limpiar y mantener fácilmente, de modo de que permanezca siempre en buenas condiciones para el descanso. Evita rincones y recovecos, elementos pequeños que acumulen el polvillo, evita bloquear el acceso a las ventanas de ventilación y todo lo que invite al desorden o a la acumulación.
Ten siempre en mente que las habitaciones son las estancias del hogar que han de invitar a tu cuerpo a la relajación, al descanso, al disfrute, a desconectarse un poco del mundo y reponer las energías vitales. Teniendo este objetivo primordial en mente, seguro que podrás elegir los elementos, colores, texturas y hasta aromas que mejor te sirvan al propósito, y que más te ayuden a mantenerte siempre con buenas energías y con mente y cuerpo renovados tras una buena noche de sueños.