Los jardines pequeños suelen ser un desafío a la hora del diseño, ya que debemos lograr no sólo que sea bonito, sino también que cumpla su propósito de “oasis”, un sitio donde relajarnos, descansar, estar en contacto con la naturaleza. Pero, a veces, el espacio no da para todo.
Para comenzar, debemos determinar el uso principal que tendrá nuestro jardín, para centralizar el diseño en su función primordial. Si queremos que sea un lugar de reposo, nos limitaremos a comprar el mobiliario necesario para ello. El tipo de muebles también estará en función del tamaño: veremos si tenemos espacio para sillones, hamacas, una mesa grande como para comer o una mesa pequeña de apoyo.
Es importante que este espacio tenga sombra. Una sombrilla bastará, si el espacio es pequeño. Pero también puedes optar por un gazebo que no sea fijo y se pueda retirar en invierno, o por una pérgola pequeña y liviana (mejor si es de hierro), con plantas trepadoras o cañas.
Pondremos un solo tipo de césped en todo el jardín, para unificar el espacio, y elegiremos un punto focal, ya sea un rincón, o un cantero, que será el centro visual de nuestro jardín. Lo mejor es poner un solo tipo de planta o flores o, si queremos variedad, que estén dentro de una misma tonalidad. Un truco que muchos desconocen: las plantas de color azulado ayudan a agrandar visualmente el espacio.
Elegiremos plantas que no tengan un gran crecimiento, ya que, de lo contrario, con el tiempo nuestro jardín lucirá desordenado y parecerá aún más pequeño. De lo contrario, deberemos podar sistemáticamente los ejemplares a medida que crezcan.
Un truco que nos enseña el arquitecto y diseñador Evan Galen es poner en una pared una puerta que no conduzca a ninguna parte: esto creará la sensación de que hay “algo más” que no vemos. Al igual que en los interiores, un espejo ayudará a crear amplitud; debemos ubicarlo cuidando que no refleje la zona de descanso.
En un jardín pequeño deberíamos eliminar los caminos o, en todo caso, reducirlos a un único paso, que puede recorrer perimetralmente el jardín, acercándonos a distintos puntos. Tampoco debemos poner demasiada iluminación sectorizada: es mejor una iluminación general y tenue: los juegos de luces y sombras también contribuyen a agrandar visualmente el espacio.
Lo más importante en el diseño de un jardín pequeño es la sencillez: pocos elementos, pocos contrastes, pocas líneas que interrumpan la visión. Cuanto más unificado, mejor.