El otoño es la estación en que comenzamos a preparar nuestras plantas de jardín para el frío del invierno. La mayoría de las plantas dan sus últimas flores y podemos podar algunos arbustos (otros esperarán al invierno).
En esta época podemos plantar bulbos, para que en primavera estén listos para crecer. Las plantas florales que se plantan en otoño son los jacintos, los tulipanes, los narcisos, las anémonas. Aprovecharemos para sacar de la tierra los bulbos de plantas de verano, como los gladiolos, dalias y begonias.
Si tenemos plantas perennes, que ya han terminado de florecer, podemos cortarlas al ras para que vuelvan a crecer en primavera. También podemos trasplantar aquellos arbustos y árboles que tengan hojas caducas, plantar o reparar el césped, y fumigar el existente, ya que es el momento en que lo atacan ciertas larvas y hongos.
Si tienes árboles frutales, en otoño es momento de plantar los polinizadores o hacer los injertos necesarios, según la especie. La mayoría de los árboles frutales no dan fruto a menos que estén plantados en “parejas”, para polinizarse, o estén injertados. Los polinizadores no necesitan ser de la misma especie, pero sí de especies compatibles. Lo mismo sucede con los injertos.
Si has plantado arbustos u otras plantas en forma reciente, es conveniente cubrir el pie de las mismas con compost o una capa de hojas, para que el frío no afecte las raíces nuevas que se están desarrollando. Además, esta cubierta mantendrá la humedad y temperatura de la tierra.
Con respecto al riego en otoño, comenzaremos a espaciarlo. Es posible que sea suficiente regar dos veces por semana o incluso menos, según el tipo de plantas (las crasas pueden sobrevivir hasta 25 días sin agua, en otoño e invierno). Si el otoño es lluvioso, se puede suprimir el riego artificial. Las plantas muy delicadas deberían protegerse de la lluvia directa.
El otoño es el momento de hacer germinaciones, para que en primavera podamos pasar a la tierra o macetas las plantas nuevas. Retiraremos las semillas y frutos de las plantas que florecieron en primavera y verano, y luego de unos días de acondicionamiento (ya sea secarlas al sol, o estacionar en la nevera, según la especie) plantaremos en semilleros hasta que tengan 4 ó 5 hojas.
El otoño es el momento de mantener nuestro jardín sano y protegido, esperando el regreso de la primavera.