Iluminar adecuadamente un ambiente es todo un arte. Debemos tener en cuenta los usos particulares que demos a cada habitación, para procurar un punto de luz que facilite nuestras actividades, no exija nuestra vista, y nos ayude en lugar de convertirse en un trastorno.
La mejor iluminación es siempre la natural. Por eso es siempre acosejable colocar ventanas, tragaluces o boyas, puertas vidriadas y demás, libres de obstáculos al frente. Coloca cortinas claras, de telas o géneros livianos, para facilitar el ingreso de luz y, al mismo tiempo, bloquear la visibilidad desde el exterior. Enciende las luces sólo cuando sea necesario, siempre utilizando focos o bombillos de bajo consumo, cálidas para los interiores, en una graduación adecuada para la tarea a la que acompañará esa luz. En una iluminación general, la luz será de 19W en adelante; para una luz puntual, una lamparilla de 14W será más que suficiente.
A continuación, algunos buenos consejos prácticos para iluminar mejor cada ambiente:
Para ampliar los ambientes debes colocar luces de techo, orientadas hacia las paredes, en una iluminación uniforme. Es mejor que las paredes sean de colores pasteles y claros. Si en la habitación hubiesen muchos ángulos, coloca luces con soportes giratorios, que permitan acomodar la orientación de la luz hacia el rincón para una iluminación impactante, y hacia un punto de uso familiar en el día a día.
Una iluminación discreta resalta el estilo clásico de los ambientes. Para ello, coloca luces empotradas, disimuladas dentro de las paredes y techos, o por detrás de los elementos decorativos. En una casa de estilo más moderno, procura colocar luminarias metálicas (o símil metálico) visibles, de estilos industriales.
Para obtener una iluminación con pocos focos o puntos lumínicos, procura orientarlos hacia el techo, que este pintado de colores claros. Hará que la luz se disperse, pareciendo mayor en su intensidad. En cambio, si quieres una luz más sutil, coloca apliques direccionales de luz, es decir, que permitan su salida hacia arriba y/o abajo en la pared, o hacia arriba y los laterales en luminarias de techo.
En la cocina, la sala de estudios y la oficina hogareña siempre debe haber luz general y abundante. En estos casos, los tubos fluorescentes de bajo consumo serán ideales. En el mercado los hallarás en luces frías y cálidas, a tu conveniencia. En la cocina, complementa la iluminación general con una luz de mesada (colocada por debajo de los gabinetes altos, llevando el cableado asido a los bordes o por dentro de la alacena, para evitar accidentes); en la sala de estudios o en la oficina hogareña, complementa la iluminación con luces direccionales o lámparas de escritorio, para mejorar la capacidad de lectura.
En los pasillos, recibidores y escaleras, coloca luces auxiliares con llaves combinadas, en especial en escaleras y pasillos largos, de modo de asegurar un tránsito seguro por las noches, independientemente de la dirección del paso. Puedes colocar sensores de movimiento con fotocélulas, que permitan el encendido automático sólo cuando la luz general no fuera suficiente (lo regulas mediante una perilla).