Es obvio que el precio de un mismo mueble varía mucho dependiendo en la tienda en la cual lo compres. Si lo que buscas es ahorrar al comprar muebles nuevos nunca vayas a las casas de diseño, a las tiendas de moda, ni siquiera a las mueblerías céntricas: averigua en dónde se ubican las tiendas pequeñas cuyos dueños son fabricantes de muebles.
Una regla para comprar muebles baratos es fijarse en la calidad de la madera y en cómo están fabricados, no en su acabado o color. Puedes comprar uno de calidad a precio muy económico sólo por el hecho de no tener tinte, color o barniz. Con lo que ahorras, puedes pagarle a un artesano para que haga el acabado pintándolo, aplicándole laca, o hacerlo tú mismo en el jardín de tu casa.
Es posible que en materia de muebles de madera los precios sean exorbitantes por la prohibición de la tala, o porque se trata de materiales importados. Busca aquellos hechos en tu país, pues no sólo estarás apoyando el trabajo nacional, sino que adquirirás muebles económicos.
Infórmate sobre los materiales nuevos. Al comprar mobiliario, lo primero que pensamos es en acudir a una mueblería, pero hoy por hoy hay muchas más opciones para elegir, pues en tiendas metalúrgicas, fábricas de aluminio y de plástico también se fabrican y venden muebles que pueden ser tan útiles como los de madera y mucho más económicos.
Los diseños de muebles originales siempre serán más caros que los de modelos más clásicos, aunque sean de baja calidad. Por eso, lo mejor es elegirlos no por la primera impresión, sino estudiarlos, preguntar de qué materiales están hechos y determinar si son durables. Para ello, busca información sobre maderas nobles de gran resistencia, para comprar un mueble que dure varias generaciones.