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Cuando decidimos renovar nuestra casa recurriendo a la pintura, además tener en cuenta las características de cada ambiente para elegir el color, también deberemos decidir qué tipo de pintura es la mejor para cada lugar. En general, aunque no siempre es así, el uso que demos al ambiente tendrá mucho que ver en la elección de la pintura. Y también influirá el efecto que pretendamos conseguir.

Básicamente, las pinturas que se usan para pintar paredes y aberturas son de dos tipos: látex y esmalte sintético. También hay barnices, que usaremos casi exclusivamente para superficies de madera. Y por último, encontraremos lacas para paredes, pero estas pinturas tienen ciertas restricciones: no son para cualquier ambiente, la pared de base debe estar en perfecto estado, y no son de fácil aplicación para “amateurs”.

La diferencia entre el látex y el esmalte sintético está en la base de la preparación: la primera es al agua, la segunda es al aceite. Y tanto las pinturas látex como las sintéticas vienen en dos tipos, según el acabado que dan a la superficie pintada: mate (sin brillo) y semi-mate o satinado (poco brillo). Los esmaltes sintéticos vienen, además, en acabado brillante.

Ahora veremos las características específicas de cada pintura, que son las que nos ayudarán a decidir cuál usar en cada caso.

Las pinturas al látex, por ser de base acuosa, son más lavables y se usan, en general, para las paredes; mientras que los esmaltes sintéticos son más habituales para aberturas y objetos o muebles de madera.

Ahora bien: el que una pintura (látex o esmalte) sea mate, satinado o brillante, no sólo tiene que ver con el acabado, sino también, con la resistencia y la calidad de la superficie sobre la que la aplicaremos.

La pintura mate será la que mejor disimulará cualquier imperfección que pueda tener la superficie a pintar. El acabado no es, posiblemente, tan bonito como el satinado, pero también requiere menos experiencia en pintura y menos trabajo de preparación de la pared. El esmalte mate no es demasiado aconsejable para aberturas de madera o metal porque es poco resistente y más difícil de limpiar, en ese caso.

La pintura satinada, ya sea látex o esmalte, tiene un bonito acabado, pero requerirá que la superficie de base esté en excelentes condiciones, ya que tiende a resaltar cualquier imperfección. La aplicación, en el caso del látex, requiere de cierta experiencia, porque es de secado rápido y la afectan las temperaturas altas y la humedad ambiente.

Los esmaltes sintéticos brillantes son los que usaremos para aberturas, ya sean de madera o metal, ya que son muy resistentes. Aunque su base es el aceite, resultan más fáciles de limpiar que los otros tipos de esmalte. Por lo general, no se usan para paredes.  

Como último concepto a tener en cuenta a la hora de elegir el tipo correcto: siempre debemos escoger la pintura que corresponda al lugar que pintaremos: paredes interiores, paredes exteriores o cielorrasos. Cada una viene preparada de acuerdo a las condiciones que deberá resistir.