Muchos consejos y contenidos te dicen qué debes hacer, cómo hacerlo, qué color es mejor en su elección, o qué técnica te permitirá llegar a los mejores resultados. Pero hoy veremos un tema de tamaña importancia , aunque desde un ángulo un tanto diferente: la mezcla de estilos en la decoración.
El estilo denominado “ecléctico” se caracteriza por combinar elementos, texturas, formas y colores de distintos tipos de decoraciones, en corrientes bien establecidas. En una sala familiar ecléctica, por ejemplo, puede coexistir un sillón victoriano, con un mueble angular minimalista, y decoraciones de estilo oriental de manera ejemplar, siempre respondiendo al gusto del o de los ocupantes del espacio.
Pero otra cosa muy diferente es la mezcla. Si en un hogar hay una habitación de estilo victoriano, una cocina moderna bien metálica, una habitación oriental y una biblioteca rústica, el hogar no tendrá una línea creativa fluida. Define una temática básica que se repita y represente en todos los ambientes, evitando la mezcla de estilos en casa o en una misma habitación (por ejemplo, si tu sala es de tipo victoriana, seguramente colocar un elemento moderno, anguloso, metálico, quedará fuera de lugar).
Si bien hay estilos predefinidos que pueden ponerse de moda o imitarse en el hogar, lo cierto es que aunque tu casa esté bellísimamente decorada con un estilo que no es “el tuyo”, no te sentirás del todo a gusto allí. Si eres una persona más bien urbana, moderna, libre y descontracturada, un hogar clásico y elegante no sería reflejo de tu personalidad, como sí lo sería un estilo ecléctico, chic (o shabby chic) o moderno y simple.
Respeta tu gusto y tu personalidad, y convídasela a tu hogar, para que se transforme en una parte más de tu propia persona. El hogar mejor decorado, dicen quienes saben, es al que los invitados y visitantes mencionan como “es muy tú”. Quienes lo visitan saben que ese es tu espacio, ven una clara relación entre tu personalidad y tu ambiente, y –principalmente- te sientes a gusto en cualquier rincón de casa.
Así, es necesario respetar el gusto y evitar colocar objetos, colores o texturas que no sean de tu agrado. Aunque no sigas un estilo definido: que cada elemento y componente de tu hogar sea tan propio como tu piel, pues ese es tu hogar y tu refugio.
Bastante similar al consejo anterior, evita imitar o copiar al pie de la letra los estilos y gustos de otra persona. En lugar de ello, procura dejarte inspirar por algunos elementos, por algunas ideas… pero no con todas.
Lo mismo se aplica ante la contratación de un decorador o de un diseñador de interiores: cada idea y propuesta debe ser completamente de tu agrado, aunque el diseñador o el decorador te digan que las modas dictan una cosa, o que el estilo dicta tal otra cosa: procura decorar siguiendo tu inspiración, desde los colores hasta las texturas, desde el mobiliario hasta las cortinas, todo debe ser un reflejo de tu personalidad.