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Versión para imprimir del artículo Cómo hacer un cantero para plantas de jardín. No incluye formatos especiales ni imágenes.
Hacer un cantero no es un trabajo demasiado complicado y te permitirá tener un rincón de tierra abonada con lindas plantas y flores. Si tienes mascotas y te dan problemas porque rompen tus plantas, lo mejor es cercar la zona con una malla o realizar un cantero alto.
El primer paso antes de construir un cantero para plantas, hierbas o flores, es elegir una zona del jardín que sea adecuada, tanto para la construcción de la estructura como para las plantas. El sitio debe estar bien nivelado y debe tener las condiciones de sol, media sombra o sombra que necesiten las plantas que vas a colocar en él.
Es posible también hacer el cantero sobre un terreno inclinado, pero para ello deberás tomar otras precauciones para el correcto drenaje del agua o el desagüe de la lluvia.
Materiales:
Piedra pequeña o pedregullo
Tierra abonada
Pala
Balde
Ladrillos, piedras o tablas para delinear el cantero (opcional)
Para hacer el cantero de plantas deberás hacer una “caja” en el sitio elegido de aproximadamente 20 centímetros de profundidad, y rellenar con unos 5 centímetros de piedras pequeñas o pedregullo. Lo ideal es que las piedras sean de 2 a 5 centímetros de diámetro, pues ello permitirá que se airee la capa de tierra donde sembrarás o colocarás las plantas.
Desde las piedras hasta el nivel del suelo del jardín, vierte la tierra vegetal abonada. Este tipo de tierra la compras en una tienda de jardinería y ya viene preparada en bolsas con los nutrientes necesarios para el buen crecimiento de las plantas.
Antes de colocar la tierra vegetal o luego de ello (dependiendo del tipo de cantero que desees hacer) es recomendable hacer un cordón que rodee el perímetro con, por ejemplo, ladrillos, piedras, tablas u otro elementos. Esto evitará que la tierra abonada se “lave” con las lluvias o el regado.
En el caso de colocar ladrillos perimetrales es conveniente que sean dispuestos en “espejo”, es decir, apoyados de canto en su lado más largo, y dejando las caras hacia afuera. Es bueno también hundirlos en el terreno hasta la mitad de su ancho, aproximadamente, para evitar que la presión de la tierra que conforma el cantero consiga volcarlos hacia afuera y de esa forma se pierda la tierra abonada.
