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Versión para imprimir del artículo Decoración reversible para usar todo el año. No incluye formatos especiales ni imágenes.
Muchos optan por una decoración estática, fija, que acompaña al hogar a lo largo de todo el año. Pero otros prefieren ir adaptándola a las distintas estaciones del año. Ello puede conllevar grandes gastos, ya que puede requerir de cambiar mobiliario, tapicería y objetos decorativos cada tres a seis meses, complementando así la decoración hogareña según las estaciones cálida y fría del año.
Pero hoy te traemos una idea sensacional para, literalmente, restar este gasto en un 50%: usando elementos reversibles para cada estación.
Se trata de elementos con doble uso, con dos frentes visibles, de acuerdo a la paleta de colores y a los estilos decorativos del año. De este modo, el gasto de los elementos decorativos se minimiza a su mitad, ya que reutilizaremos el mismo elemento volteándolo a la inversa para tener dos opciones de presentación.
Entre los elementos reversibles podemos incluir cortinas de dos colores (uno al frente y otro al dorso), alfombras, fundas de almohadones, e incluso cubretapizados para los muebles de asiento, ya sean las fundas de los asientos de las sillas o del sofá.
Para ello, sólo necesitamos un poco de pintura para cada superficie, algunos moldes (ya sean sellos, almohadillas o esténciles) y un poco de creatividad. Recuerda elegir las pinturas adecuadas para cada material. Para las telas, utiliza tizas, colores, pasteles y pinturas especiales para esta superficie, ya que ello permitirá un mejor estado del género, sin aportarle rigideces.
Supongamos que queremos crear una alfombra estacional. Elegiremos una alfombra que pueda ser desplegada de ambos lados, que bien puede ser un tejido, o dos alfombras finas unidas en sus laterales. Con un molde a elección (supongamos para este ejemplo: un sello de gomaespuma con la forma de hojas), iremos creando un patrón en uno de sus laterales, usando tonos amarillo, ocre y café claro. Así, iremos estampando hoja sobre hoja en un estilo otoñal, apropiado para lucir durante el otoño y el invierno. Dejaremos secar, según las especificaciones del fabricante, e incluso podremos fijar luego con lacas fijadoras para telas o con la ayuda de la plancha a baja temperatura.
Ya bien seca, voltearemos la pieza y repetiremos la acción, esta vez con pinturas en colores verdes y amarillos más claros, creando hojas verdes bien vivas, y apropiadas para las estaciones climáticas de verano y primavera.
Podemos hacer el patrón que prefiramos, por ejemplo, haciendo hojas secas de un lado y flores del otro, o patrones geométricos e incluso abstractos, eligiendo la paleta cromática adecuada para la estación del año, en función al resto de la decoración que tengamos en el hogar.
Para hacer las cortinas podemos usar dos telas de colores, unidas por sus laterales, o bien pintarlas. Supongamos que, de un lado, pintamos con un patrón abstracto en tonos coloridos y llenos de vida, o en un tono de un color claro y alegre, para exhibir en la época estival. De otro lado, repetiremos la tarea pintando un patrón un tanto más rígido, en tonos más oscuros entre el ocre, el café, el rojo borgoña o el que prefieras.
Lo mismo podemos hacer con los cobertores de los sillones y sofás, las fundas de almohadones, e incluso con manteles y caminos de mesa. Así, en un mismo objeto, podremos modificar la decoración según el clima de nuestro entorno, dando un nuevo aire al hogar sin gastar dinero de más, y con toda la practicidad y la originalidad.
