Versión para imprimir
Versión para imprimir del artículo Cómo hacer un topiario. No incluye formatos especiales ni imágenes.
Se llama topiaria a la poda ornamental por la que se da a los arbustos y árboles formas determinadas. Aunque lo más habitual son las formas geométricas, la topiaria comprende toda la poda ornamental en general.
Añadir un sector de topiario a nuestro jardín lo convertirá, sin duda en el punto focal. Y aunque es muy llamativo y artístico, debemos tener en cuenta que este tipo de jardines requiere de muchos cuidados y atención permanente para mantener las formas perfectas. Aunque en los viveros se venden las plantas ya podadas en formas geométricas, podemos convertir cualquier arbusto o árbol en un topiario nosotros mismos.
Hay dos formas habituales de hacer un topiario: podando un arbusto, o usando un esqueleto de alambre. En el primer caso, lo que debemos hacer es ir quitando las ramas que no sirvan a la forma que queremos, y guiar las restantes a través de alambres, cuerdas o listones, para que tomen la dirección que necesitamos. Los jardineros experimentados pueden hacer la poda “a ojo”, pero, si no tenemos experiencia, conviene dibujar el diseño e ir marcando las ramas que debemos podar o redireccionar.
Otro modo de hacer un topiario es armar un esqueleto de alambre con la forma que queremos. Luego, el armazón se cubre con panes de césped, o hiedra, o musgo, o las plantas que hayamos elegido. Una vez que se ha cubierto toda la estructura, sólo resta ir cortando las ramas y hojas que sobran para dar la forma exacta.
Hay algunas especies que son más aptas que otras para determinadas formas. Para formas esféricas, podemos usar ligustro, ficus, laurel, pitósporo. Para conos u obeliscos, usaremos ciprés, tejo o taxus, leilandi. Este último es también la mejor opción para las formas espiraladas o de anillos. Los arbustos ideales para topiaria son la hiedra, el boj, la lonicera, el mirto, el acebo, y el ligustro, entre otros.
Es importante no dejar crecer las ramas más de 15 centímetros por fuera de la forma, para que no se deforme demasiado ni se pierda el efecto.
