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Versión para imprimir del artículo Cómo fabricar compost para nuestras plantas. No incluye formatos especiales ni imágenes.
El compost es un fertilizante orgánico para plantas, que podemos fabricar en forma casera, con muy pocos elementos. Nos servirá, además, para mejorar la tierra, con la gran ventaja de ser ecológico y mucho más económico que cualquier fertilizante químico.
El compost se fabrica a partir de restos de materias orgánicas. Se calcula que, por cada 100 kilos de restos, obtenemos unos 30 kilos de compost, lo cual es una enorme cantidad, ya que no se usa solo sino que se agrega a la tierra y macetas.
Para fabricar compost necesitaremos, en primer lugar, un recipiente donde almacenarlo. Podemos comprar los compostadores pre-fabricados, o hacerlo nosotros mismos.
Para hacer un compostador, podemos usar toneles de chapa, madera, plástico, etc. Deben tener tapa y agujeros para el intercambio de oxígeno. El tamaño dependerá de la cantidad de deshechos que tengamos habitualmente, y de cuánto compost pensemos fabricar.
Si tenemos un jardín grande, no necesitamos compostador, podemos usar un rincón para la mezcla.
El mejor lugar para fabricar el compost es un lugar en el que no haya demasiado sol, ya que necesitamos que le mezcla permanezca con cierto grado de humedad.
La mezcla para hacer compost la obtendremos de dos lugares: el jardín y la cocina. Del jardín, usaremos las hojas y flores secas, ramas podadas (cortadas en trozos bien pequeños), césped cortado y plantas anuales que han terminado su ciclo. Procuraremos que no haya semillas o raíces que puedan brotar: ¡no queremos plantas verdes en nuestro compost!
De la cocina, usaremos todo lo que sea orgánico: restos de verduras y frutas (sin semillas), café y té (incluso los de saquito, con saquito y todo), cáscaras de huevo, papel de cocina o periódico (que no sea a color). También podemos usar cartón, aserrín y viruta de madera. No incluiremos restos de carne de ningún tipo, ni huevos enteros o cocidos. Tampoco nada que esté en estado de descomposición, ni la tierra que barremos del piso.
El compost es el resultado de la degradación de toda esta materia orgánica por acción del oxígeno y las bacterias. Pero debemos estar atentos para que no se pudra la mezcla: si la apretamos y escurre líquido, debemos agregar materia seca. Tampoco debe estar excesivamente seco. Si esto sucede, debemos regarlo un poco.
La mezcla debe ser aireada y controlada cada cierto tiempo. Usaremos una pala grande para remover, por lo menos una vez al mes, y controlaremos la humedad una vez a la semana. El compost estará listo para usar en el término de unos 3 meses en las estaciones cálidas, y hasta 6 meses en las frías. Nos daremos cuenta cuando la mezcla haya tomado un color marrón oscuro, y esté fría y apenas húmeda.
Y si no vamos a usarlo todo, podemos guardarlo en bolsas herméticas, pero siempre asegurándonos de que no tenga agua.
