Los baúles han sido utilizados en los hogares desde siempre para guardar todo tipo de objetos. A la hora de encontrar un sitio de almacenamiento, no existe nada más eficaz, durable y bello que un baúl, ya que, además de cumplir su función, resultan hermosos objetos de decoración que le otorgan estilo y personalidad a nuestros hogares.
En nuestra sala, podemos utilizarlos para almacenar libros, revistas o álbumes de fotografías, darle la función de mesita auxiliar, colocarlo junto al sillón, y apoyar una lámpara o cualquier objeto decorativo. Incluso tenemos la opción de poner encima dos almohadones y convertirlo en un cómodo y original asiento secundario para nuestras visitas.
Otra alternativa es emplearlo como mesa de centro, siempre y cuando sea bajo. Así, lograremos darle a nuestro ambiente un aire rústico, hogareño y elegante.
También podemos darles uso en los dormitorios. Por ejemplo, para guardar ropa de cama, mantas y frazadas que sólo utilizamos en algunas temporadas, y hasta calzado. Asimismo, podemos ubicar uno a los pies de la cama y utilizarlo tanto para guardado, como a modo de asiento.
Una tercera opción puede ser tenerlo abierto junto a la cama, y utilizar la tapa a modo de mesa luz, para apoyar una lámpara, libros, etc., o usarlo como bandeja de desayuno.
En el cuarto de los niños, los baúles nos serán de mucha utilidad a la hora de guardar juguetes, disfraces, o algún “tesoro” que posea valor para ellos. Podemos pintarlos de muchos colores o decorarlos con figuritas infantiles. A su vez, se pueden arreglarse de modo tal que sean utilizarlos como sillas para sentarse, ya sea para mirar la tele o jugar. Incluso es una buena opción crear un original rincón de lectura, con los baúles a modo de asientos.
La variedad de baúles que existe en el mercado es enorme, en cuanto a modelos, estilos y tamaños. De acuerdo con la decoración que le hayamos dado a un determinado ambiente, elegiremos el estilo de baúl que mejor combine. Los materiales también varían: podemos encontrarlos en madera, hechos de fibras naturales o de fibras sintéticas.
Si elegimos baúles, por ejemplo, de pino natural, debemos saber que serán ideales para que los pintemos nosotros mismos, de acuerdo a la decoración de la habitación. Si queremos darles un toque rústico, podemos revestirlos con trenzados.
Los baúles más pequeños son fantásticos como alhajeros o alcancías.