Cuando tenemos que elegir un colchón, nos encontramos ante una verdadera disyuntiva, habida cuenta de la cantidad de colchones de diferentes tipos que encontramos en el mercado, sin mencionar la cantidad de bases distintas que también existen. Pero supongamos que se trata sólo del colchón.
En principio, más allá del gusto y el confort personal, deberíamos tener en cuenta los consejos de los médicos: el colchón ideal no debe ser ni muy duro ni muy blando, y tiene que adaptarse a la forma del cuerpo.
Los colchones pueden ser de muelles, de aire, de látex, de agua, de espuma de poliuretano, tipo futón, ajustables, de viscolástico, etc.
Este es el más común de todos. Encontrarnos de muelles individuales o de muelle continuo. El mejor es el colchón de muelles individuales, ya que estos se adaptan a la forma y movimientos de la persona. Es importante que el colchón tenga una buena cantidad de muelles para que no se deforme con el uso. La calidad y grosor del alambre de los muelles también debe ser tenida en cuenta. Otro detalle a considerar es la tela con la que está forrado el colchón, que debe ser firme y, dentro de lo posible, reforzada en las zonas de mayor desgaste.
Los colchones de látex pueden ser de látex natural o sintético. Este último es más económico, pero también es más duro y no se adapta tanto a la forma del cuerpo. Están realizados con un núcleo de látex forrado en tela acolchada. Suelen tener orificios de ventilación. Entre las ventajas de los colchones de látex se encuentran las de ser antialérgicos, atérmicos, resistentes al polvo, lavables y de larga duración.
Los colchones de agua son de vinilo y tienen en su interior varias celdas estancas que se llenan con agua. Su aspecto exterior es similar al del colchón de muelles. Suele ser algo incómodo, si no estamos acostumbrados, ya que no tiene la firmeza de un colchón tradicional. Además, no es realmente el mejor colchón, desde el punto de vista fisiológico, ya que resulta demasiado blando y o se adapta a la forma de nuestro cuerpo.
Los colchones de viscoelástico son de un material sintético de consistencia semejante al látex, de alta tecnología, cuya característica es su capacidad de adaptarse a la forma y temperatura del cuerpo. Como se adapta tan perfectamente, se eliminan los puntos de presión y resulta en una superficie muy cómoda, ni muy dura, ni muy blanda. También encontraremos colchones que combinan los muelles con varias capas envolventes de viscoelástico.
El colchón de espuma de poliuretano es, dentro de los colchones tradicionales, el más económico. Se trata de una plancha de espuma de poliuretano en una funda de tela. Cuanta mayor densidad tenga el poliuretano, más firme será el colchón. Los menos firmes no son aconsejables ya que no son un buen apoyo para la columna y, además, se deforman.
Los colchones de aire son inflables y tienen la misma forma exterior que un colchón de muelles. La mayor o menor dureza se consigue regulando la cantidad de aire. Se consiguen para todos los tamaños de camas. No son recomendables para dormir todos los días, salvo que sean los fabricados con cámaras de aire individuales. Algunas marcas cuentan con un sistema de inflado individual de las distintas cámaras, e inflado a través de bombas. Este inflado individual nos permite dar mayor o menor dureza en cada zona, en forma independiente.
Cualquiera sea el tipo de colchón a elegir, para que tenga una mayor vida útil, debemos tomar ciertos recaudos:
- Hay que girar el colchón cada cierto tiempo, generalmente indicado por el fabricante.
- Debemos asegurarnos de que sea antialérgico.
- Es ideal cubrir con una funda adaptable, para proteger la tela original de posibles manchas y del desgaste
- Al comprarlo, hay que asegurarse de que tenga al menos 10 años de garantía.
- El espesor mínimo del colchón debe ser de 15 cm, para que no se deforme rápidamente.