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Versión para imprimir del artículo Cómo aplicar el Feng Shui en nuestro hogar. No incluye formatos especiales ni imágenes.
Si bien muchos exitosos edificios, ambientes, hogares y espacios, fueron diseñados desde su concepción según las técnicas y designios del Feng Shui, uno de los aspectos más prácticos de este arte milenario es que podemos aplicarlo sobre espacios y ambientes existentes. Esto nos permite mejorar el flujo energético de las habitaciones y estancias de nuestro hogar, tan sólo realizando algunos cambios y trabajando con la estructura y los contenidos ya presentes. Pero no es cuestión de lanzarnos a la tarea: debemos saber cómo aplicar los consejos del Feng Shui, para obtener su mejor rendimiento.
Para dar los toques Feng Shui a nuestros espacios existentes, comenzamos ante todo por hacer una limpieza en profundidad, y un orden intenso. Daremos guarda a todos los elementos en su lugar correspondiente, y nos desharemos de todo aquello que ya no usemos. Guardar elementos sin uso no sólo ocupa lugar, sino que nos traba en el pasado, impidiendo el avance y el desarrollo personal.
Luego de haber realizado este orden y limpieza, podemos comenzar a plantearnos los cambios y retoques adecuados. No hay que dejarse llevar por el impulso, colocando elementos sin saber el por qué. Debemos, en cambio, interiorizarnos en la materia. En muchas grandes urbes hay servicios profesionales de decoración y ambientación Feng Shui, que puedes consultar o contratar, y en Internet puedes hallar muchísimos libros completos para adentrarte en la materia.
Así, analizaremos el espacio, el uso de cada rincón y elemento, y planificaremos los cambios a partir del conocimiento de lo que queremos para cada habitación. Existen elementos decorativos que simbolizan a los animales celestiales del Feng Shui, entre otras nociones, así como también colores que son más o menos adecuados para cada estancia. Luego, ya aprendidos los cambios, debemos sentirnos a gusto con la idea.
Aunque el arte milenario dicte el uso de cierto color como elemento propicio para tal habitación, si no nos sentimos a gusto con él, será inútil su colocación. Incluso contraproducente.
Como reglas generales, debes recordar la existencia de los cinco elementos, y sus acciones mutuas. Si el agua apaga al fuego, y necesitas activar el concepto de fuego como fuerza creadora en un ambiente, procura separar ambos elementos. Por ejemplo, evita colocar un acuario cerca de una fuente de calor. Si el aire aviva el fuego, entonces aprovecha esto: quita el acuario, y coloca algún objeto decorativo móvil, en simbología del aire avivando las llamas.
No debemos fomentar energías innecesarias. Sabemos que los espejos tienen la capacidad de refractar las energías, haciéndolas circular, pero no por ello significa que debamos colocar espejos por toda la casa. Los espejos, por ejemplo, al refractar la energía pueden hacerla fluir, si no los hemos ubicado en el espacio correcto. Quita los espejos del frente de puertas y ventanas, y procura retirarlos de tu habitación.
Tampoco recibir las energías de lleno es productivo, así que lo mejor es colocar la cama, las sillas o los sillones un tanto retirados de la línea recta imaginaria que se traza desde las puertas de entrada al hogar. También los residuos son elementos poco estéticos, y también perjudiciales para la buena circulación de energías. Procura mantenerlos cubiertos y fuera de la vista.
