Las habitaciones de nuestros hijos deben acompañarlos en su crecimiento. Deben ser cómodas, funcionales para permitir que realicen sus actividades libremente, y también, ser prácticas como para poder renovarlas de acuerdo a los gustos y actividades tan cambiantes que tienen los hijos conforme van creciendo.
Mediante la decoración podemos lograr diferentes objetivos, como elevar la motivación, la creatividad, propiciar un más rápido aprendizaje de conceptos, fomentar su amor por la música, los deportes, o también mejorar su confianza. La habitación de nuestros hijos debe ser una suerte de santuario para ellos, incluso si es compartida. Ello significa que deben tener libertad: de jugar, de escuchar su música, de compartir con sus mascotas si no fuese una regla del hogar el tenerlas fuera. Luego, claro, también deben ser los responsables del orden y de la limpieza, en un aprendizaje que les servirá de por vida.
La habitación infantil y juvenil debe tener una zona de descanso, una de actividades de aprendizaje (donde puedan leer, escribir, componer, realizar sus deberes de la escuela y demás), una zona de guarda de ropa y elementos (incluyendo juguetes) y una zona libre para el entretenimiento, donde puedan bailar, tirarse al suelo a jugar con sus juguetes o, simplemente, sentarse a escuchar su música libremente.
No debemos imponer un estilo decorativo en los pequeños y en los adolescentes, sino que debemos hacerlos partícipes de la decoración de sus habitaciones. Puedes pedirles sus sugerencias sobre colores y elementos, como el estilo de cortina o cubrecama, el color de las paredes, o en los temas que prefieras. Luego, quedará en tus manos acomodar estas solicitudes al presupuesto disponible y a tus posibilidades.
También es útil ayudarlos a fomentar su creatividad. Puedes colocar elementos de juego (almohadones o cojines, magnetos, lo que quieras) con letras y números, y luego renovarlos conforme el pequeño vaya creciendo. Pídele que imagine colores, paisajes y todo lo que le gustaría en su habitación, para que vayas estimulando su ingenio, creatividad, y libertad de expresión de un modo muy sutil.
Para niños y adolescentes muy activos (en especial los hiperactivos o quienes presentan condiciones TOC u otras similares) evita el uso de colores primarios, pues estos chillantes tonos aumentan su actividad. Puedes usarlos para habitaciones de los jóvenes más calmos, de los tímidos, de los introvertidos. Para los más activos, contrarresta su actividad con colores claros, tonos pastel, que fomenten su relajación.
También recuerda dejar un espacio destinado al alarde, al orgullo, dejando una repisa, estantería o tablero donde el niño o adolescente pueda lucir sus medallas, trofeos, dibujos, notas escolares o lo que prefiera mostrar. Esto elevará su confianza y lo animará a seguir adelante con sus esfuerzos y, también, desarrollará más la temática apropiada en la decoración de esta habitación personal, divertida y privada de los más pequeños del hogar.